Capítulo siete.

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Moa.

Sentía la mirada de Robert seguirme mientras probablemente trataba de deducir algo sobre mí.

— ¿Sí? —Pregunté deteniendome mientras le dirigía la mirada achinando mis ojos.

— Nada. —Dijo soltando una risa pequeña sin dejar de mirar. Yo no moví mis ojos de su blanca piel.

— Ajá ¿Que pasa? Anda, dilo.

— ¿No crees que has estado muy junto de Tom?

Su pregunta me sorprendió y más por el hecho de que hoy lo he evadido.

Me había levantado jadeante sin muchos ánimos de hacer algo pero con la clara imagen del rostro de Tom cerca de mí, desde luego a mi mente le encantaba amargarme el día apenas fuese consciente de mi alrededor.

“Dime que has llegado a casa por favor.”
Enviado a las 04:24

Sonreí como una idiota cuando leí el mensaje sintiendo un revoloteo en mi interior por su interés y preocupación.

Te fuiste de su casa, evidentemente tiene que estar preocupado.

Idiota.

Miré la hora que marcaba mi celular, 08:18, temprano, observé el mensaje que envió percatandome que respondió en madrugada, y aunque fue extraño tal vez despertó de repente.

Suspiré suavemente mientras escribía la respuesta del mensaje pero ¿Que debía escribir exactamente? ¿Tendría que poner alguna disculpa por el atrevimiento de lo que sería el acercamiento a un beso? Pero alto, él se acercó a mí ¿Por qué tendría que disculparme yo?

Aunque sería una mentira decir que no deseaba un beso de él, así que él no tiene la culpa.

¿Yo sí?

Bloquee la pantalla diciendome que al regresar de desayunar respondería y esperaba que fuese así pero no ¿Alguna dijiste que harías algo en 5 minutos y para que sucediera tendrían que haber pasado horas?

“Buenos días, Moa.”
Enviado a las 10:45

La vibración de mi celular me sobresaltó leyendo en la barra de notificaciones como es que el nombre de Tom se mostraba, sonreí.

“Has visto mi primer mensaje y no me has respondido, solo espero que sí estés bien. ”
“Me suele pasar, despertar y volver a dormir.”
“En todo caso ¿Tienes planes para hoy? ¿Quieres hacer algo?”
Enviado a las 10:46

No respondí.

Desde luego que quería hacer planes para hoy con tal de estar junto a la persona que me gusta pero no me sentía tan cómoda ¿Cómo es que él podía tener la tranquilidad de hablarme como si nada aún cuando casi nos besamos?

El timbre de la puerta me sacó de mis pensamientos dejando el celular de lado, en la mesa mientras caminaba hacia la puerta para abrirla, y al hacerlo me encontré con el rostro que justo quería ver.

— ¡Milagro! —Exclamó Pattinson apenas me vio dandose la libertad de entrar.— Me quedé frente a tu casa durante la noche esperándote.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora