Capítulo cuarenta. | SEGUNDA TEMPORADA.

1.3K 135 95
                                    

Narrador omnisciente.

El pensar que estaba embarazada era un sentimientos agridulce, le generaba ciertos anhelos y emociones que sin duda en su momento le volvían loca de una buena forma, tendría un bebé, ella estaba creando una vida en su interior cosa que le parecía fascinante y ciertamente tierno de no ser porque esos pensamientos solo duraban un rato.

La morena se encontraba sentada en aquella sala blanca aguardando por escuchar su nombre e ingresar a una de las oficinas que parecía haber en aquel lugar.

— ¿Armstrong?—Preguntó una enfermera que se asomaba en una puerta, ocasionando nervios en la mujer morena, aquella puesta en pie caminó hasta donde se encontraba la fémina vestida de blanco.— Adelante, pasa cariño.

Con timidez y el nerviosismo invadiendole en cada celula de su cuerpo Moa acató la indicación de aquella, adentrándose a la habitación para tomar asiento en una de las sillas libres. Una doctora de una edad ya avanzada deducible por los colores blancos de su cabello le sonrió a la morena, aquella profesional notaba los nervios de la joven por lo que trataba de aminorarcelos.

— Me presento, soy la doctora Scott y en esta ocasión seré yo quien te atienda, rectifico, eres Magdala Olga Armstrong ¿Verdad?

— Así es. —Susurró de forma débil y nerviosa dejando escapar un suspiro.

— Bienvenida al centro de planificación familiar, aquí y ahora yo soy la encarga de proporcionarte la información adecuada conforme a tus necesidades y exigencias ¿Estás interesada en saber algo?

La morena observó a la doctora antes de desviar su mirada pensando ennlas palabras que podría dar aunque en realidad ninguna parecía ser adecuada.

— Estoy embarazada. —Soltó sin más siendo esta la respuesta que llevaría a la profesional de la salud a entender que protocolo seguir.

— Oh, muy bien... En ese caso señorita —La señora tomó de su escritorio un formulario y una pluma comenzando a hacer pequeñas anotación antes de comenzar ahacerle una serie de preguntas a la morena.

Un embarazo jamás era fácil, lamentablemente estaba tan romantizado que eso provocaba ciertas dificultades en diferentes aspectos.

Magdala sabía que Tom tenía derecho a saberlo, ella le había mentido con respecto a la ocasión en la que aquel le había preguntado interesado en que si había algo que podría saber que ella no le estuviera diciendo, su mentira era cubierta con parte de la verdad pues la morena recalcaba que lo que abarcaba su mente era su preocupación de no conseguir empleo.

En aquel día, se cumpliría con exactitud el primer mes y una semana de embarazo de la morena cosa que sin duda la sorprendía ¿Tan rápido pasaba el tiempo?

— Un aborto se puede realizar hasta la doceava semana del embarazo, con exactitud hasta los tres meses. —Informó la doctora.— El aborto no es una decisión que se deba tomar a la ligera, también se deben hacer ciertos estudios pertinentes para saber como poder proceder con cada persona, si se llega a realizar no hay que minimizar que este procedimiento puede traer grandes consecuencias que son desde la depresión post-aborto hasta problemas que pueden terminar en la infertilidad.

La morena mientras escuchaba aquellas pláticas informativas se deslizaba hacia su propia locura pensando en que si realmente estaba preparada para ser madre o si estaba preparada para tener un aborto.

— ¿Tienes pareja? —La doctora hizo una pausa en su plática para hacer aquella pregunta al notar tan afligida a su paciente. Moa asintió.— ¿Qué es lo que piensa él?

— No le he dicho...

— ¿Por qué? Claro, si puedo saber.

La morena se mantuvo callada tomando el valor para poder hablar.— Él no quiere tener hijos.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora