Capítulo treinta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA.

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Narrador omnisciente.

Enterrada entre grandes y abultados edredones una mujer de piel morena se encontraba ahí, perdida, sintiendose ajena a todo, no había tocado el piso de abajo desde hacía horas y sabía que el tiempo había pasado volando pues el exterior del mundo que se notaba por la ventana de la habitación era simplemente oscura, la noche había llegado y siquiera la había notado.

Había caído dormida cuando Willow ingresó a la habitación en el momento que Moa salió para ir al baño y calmar con un poco de agua frescas las náuseas que tenía. Aquella can había abandonado a Tom para ir con ella permitiendo que ambas durmieran en calma.

Despierta ahora, con la can postrando su cara encima de su abdomen acariciaba el pelaje y clavaba su mirada en el techo.

Lo primero al abrir los ojos fue aquello que había dicho al rubio, sin duda sabía que ella no era así pues ese simple comentario la atormentaba, su carácter no era duro, no era alguien tosca.

Muchas veces callaba cuando otros preferían hablar y defenderse.

Su mente viajó pensando en Tom y en Jade.

Ellos dos habían sido novios con casi 8 años de relación que terminaron cuando Jade lo engañó, una punzada en su pecho la hizo sentirse mal ¿Cómo dejabas de sentir ese dolor?

¿Si Jade nunca le hubiese sido infiel a Tom, tendría las mismas oportunidades?

Lo más probable es que no.” Ella misma se respondió. Recordaba las veces en las que comenzaba a alejarse de Tom conforme se acercaban los últimos rodajes de la saga de Harry Potter, ella había decidido hacerlo con la idea de no hacerse más daño porque como una vez se lo respondió a Daniel, ella jamás admitiría su sentir. Recordaba el dolor que había sentido cuando a sus oídos llegó la noticia de que Tom salía con Astoria, e incluso podía jurar sentir el mismo dolor que cuando notó el amor en la mirada del rubio.

El amor que Moa tenía a Tom la orilló a tomar esa decisión, irse a estudiar lejos agradeciendo que su madre no se interpusiera u objetara tratando de hacerla quedarse.

Ella no podría vivir viendo como es que a quien amaba, amaba a alguien más.

¿Ella dónde estaría ahora? ¿Con quién si aquella pareja nunca hubiese terminado su relación?

Probablemente no estaría con el rubio como ahora.

Pero eso era mentira.

Tom la hubiese notado.

Aunque se escondiera detrás de un gran arbol de Secuoya, aquel rubio hubiese volteado.

El rubio siempre la amó incluso por encima de Gordon.

Le dolía la sola idea de perder su amistad cuando notó como es que recibía cada vez menos atención de la mujer a pesar de que aquel la buscaba con desespero.

Le dolía darse cuenta de que poco a poco parecía perderla.

Y sintió un gran dolor en su corazón cuando Moa se fue de la ciudad, alejándose de todos sin haber tenido la oportunidad de pasar el misml tiempo que antes como cuando entre los descansos, en el fondo del camper, Moa era la mujer para quien cantaba.

Se sintió abandonado.

Sintió celos de ver y saber que Daniel y Robert estaban ahí cuando él no.

Siempre se preguntaba lo mismo ¿Había hecho algo mal? Puede que fuese una traición a la lealtad de la relación que había entre Jade y Tom en aquellos años pero no podía evitar siempre recordar a Moa a veces.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora