Capítulo cuarenta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.

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Narrador omnisciente.

Coqueta, en ropa interior frente al espejo la morena modelaba observando con tanta fascinación su vientre abultado, recibía ya su quinto mes de embarazo, no cuarto. El flash de la camara de su celular se encendía conforme tomaba aquellas fotos hasta que decidió retirarlo.

Había terminado por renunciar, o más bien despedirla cuando presentó la incapacidad siendo de acuerdo mutuo el hecho de no trabajar aunque, Lindy, la directora de su área abogó por ella mencionando que si en algún momento necesitaba de una carta de recomendación ella con gusto podía dársela.
Gozaba de la compañía de su amado novio quien había sido informado de que el rodaje de Origin se daría en el próximo año durante algunos meses lo cual no le generaba problemas por el momento debido a que no se perdía de la evolución del embarazo.

— Será mejor que te apresures, cielo.

— Relájateee. —Canturreó la morena divertida restandole importancia a la sugerencia de su novio.

Tom sentado desde el colchón de la cama que ambos compartían observaba como su novia parecía sacar a relucir sus nulos dotes de modelaje que terminaban en ella misma burlándose. Él no decía nada en realidad, estaba divertido con ver como es que ella misma parecía burlarse.

El timbre de la puerta principal sonó haciendo a la morena tensarse y caer en cuenta de que no estaba preparada para nada. Hoy saldría con Erin y Emma, una tarde de chicas que sin duda le vendría bien.

— Y no te has vestido. —Evidenció Tom con burla poniendose de pie para ir a recibir a quienes eran seguramente, las chicas.

— Tú tienes la culpa. —En un fingido tono de molestia, la morena caminó hasta el filo de la cama donde yacían unas cuantas prendas pero ninguna la convencía hasta el momento.

— ¿Yo? —Preguntó deteniendose y posando una mano en su pecho fingiendo encontrarse ofendido.— ¿De que tengo la culpa?

— No lo sé pero de algo la tendrás.

Una bufido seguido de una carcajada salió del rubio que pronto reanudó su camino al escuchar por segunda vez el timbre.
Frente a la puerta una enérgica Willow movía su cola de un lado a otro feliz, probablemente, de quien estuviese al otro lado.
La diestra del varón se extendió a la perilla virandola al momento de tomarla para darle paso a la imagen de dos mujeres sonrientes a las que rápidamente identificó.

— Bienvenidas. —Saludó el rubio con energia y una media sonrisa recibiendo en mismo saludo de ambas chicas.— Moa no debe tardar en bajar.

— ¿Aún no esta lista? —Preguntó Erin abriendo sus ojos.— Pero si hemos llegado 12 minutos tarde.

— Esta enamorada. —Se excusó Emma con diversión.

Ambas mujeres entraron al interior de la casa de aquel rubio el cual les ofreció tomar asiento y esperarla cosa que hicieron, Willow salió disparada hacia un lugar donde tenía su pequeño peluche favorito para ir con las dos mujeres a premusirlo. Una conversación amena había comenzado entre los tres presentes poniéndose de acuerdo aquellos en un pequeño plan que tenían.

— Aguarden, iré a ver por qué tarda. —Explicó Tom saliendo de la sala para caminar un poco apresurado a la habitación con preocupación.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now