Capítulo treinta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.

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Narrador omnisciente.

Entre festejos el comenzaba a irse poco a poco de forma rápida, en un abrir y cerrar de ojos te dabas cuenta de que habías crecido, de que todo había cambiado, que ya no eras el infante que corría por el patio a carcajadas divertidos con solo una prenda puesta.

Magdala y Daniel recibieron sus 28  años con una sencilla celebración, no era grande, no era exótica, Radcliffe recibía sus felicitaciones por las redes, lo sabía pues anualmente su hermana se encargaba de hacerle saber todos los buenos deseos que recibía, no era un secreto que la mujer de piel morena siguiera fanpage's de sus allegados.

Decir que en un momento no le dolió a la mujer sería mentir, era el primer cumpleaños de muchos así como la primera vez de seguro muchas celebraciones en las que no tendría la presencia de una persona sumamente importante para ella, Robert por lo regular se encargaba de consentirla con todo lo que quisiera e incluso cuando simplemente pedía pasar el día en la casa viendo películas sería algo que harían.

Aquellos hermanos se llevaban de diferencia únicamente días en cuanto a sus cumpleaños pero siempre, desde que se habían conocido, ambos acordaban un día intermedio entre las dos fechas para fijarlo como el nacimiento oficial de los dos.

— ¿Lista? —Preguntó Tom despegando su vista de su móvil a la mujer que frente a él posaba sus manos en su cadera.

— Amor, no es necesario que me lleves.

— Es tu cumpleaños.

— Mi cumpleaños ya pasó.

— Eso no es verdad. —Resongó el ojiazul.— Tu cumpleaños falso ya pasó, el verdadero no. —Bloqueo su celular guardando en el bolsillo trasero de su short cuando se puso de pie para acercarse a su novia.

Magdala, con un vestido suelto, largo, a la mitad de la pantorrila y con un escote en V de color rojo dio media vuelta para plantarle cara a su novio. Tom había insistido en querer celebrar con ella su cumpleaños adecuadamente pues sería el primero de muchos y aunque tan segura no estaba aquella terminó por aceptar simplemente por convencerse de que no había nada de malo en que disfrutara del primer cumpleaños con el amor de su vida.

— ¿Sabes lo mucho que te amo? —Preguntó Moa con una sonrisa pequeña acortando la distancia que había entre ellos dos para darle un beso en los labios de forma corta.— Andando.

Con una gran sonrisa, aquella pareja salió de la comodidad del hogar para emprender un viaje que el rubio había planeado, fue divertido ver a un sereno pero a su vez nervioso Tom que en su mente repasaba una y mil veces las cosas que podría hacer para el cumpleaños de la chica independientemente al festejo que ya se había llevado a cabo. La ciudad era tranquila en esos momentos, con una cámara en mano aquel actor famoso por interpretar a Draco Malfoy caminó por las calles transitadas por todo tipo de personas con su novia a su costado.

La reservación que previamente había hecho para finalizar el día no comenzaba hasta dentro de unas horas por lo que sobraba el tiempo para perderse en las vistas magníficas de los arreboles en el cielo.

— Eres lo más hermoso que mis ojos han visto. —Habló Tom, alzando la cámara a sus ojos para apuntar al frente a la mujer que sus orbes deleitaban.

Podrían pasar días, semanas, meses e incluso años y ella, jamás terminaría de sentir avergonzada cuando escuchaba a su amado halagarla. Odiaba admitir que amaba que aquel la adulara pues creía que derrochaba y exponía su lado vanidoso, nunca había sido buena recibiendo cumplido por lo que cuando los recibía solo podía atinar a sentirse torpe y soltar risas demostrando su vergüenza e incomodidad.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now