Capítulo quince. | SEGUNDA TEMPORADA.

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Tom.

Mis ojos se escanearon con cuidado el set en busca de algún rastro de aquella joven que hacía que mi corazón se desbocara.

Desde que me reuní con Robert habría de decir que lo que alguna vez tal vez fue una rivalidad no oficiada, justo en estos momentos se estaba cosechando como un intento de amistad cosa que realmente se desarrollaba bien. Desde ese día, había comenzado a darle a Moa un poco de mi desinterés haciéndome sentir extrañamente más cercana a ella que cuando en realidad intentaba hablarle.

Nuestra relación seguía siendo la misma.

Ella solo me trataba estrictamente por motivos laborales-profesionales pero a diferencia de otras ocasiones ya no sentía esa fría y gruesa pared de hielo y tensión cuando nos encontrábamos.

Tenía que confesar que me dolía pero debía ser paciente, como en uno de los días que me dijo Pattinson, debía dejar que las cosas fluyeran con normalidad sin tener que forzarlas y lo único que me esperanzaba era saber de buena fuente que ella seguía amandome.

Me odiaba a mí mismo ¿Cómo podían seguir sus sentimientos intactos después del daño que le hice?

El amor no es fácil.

El amor es para los valientes.

Mis ojos volvieron a revisar el panorama visual que tenía tratando de distinguir a la mujer de piel morena pero simplemente no lograba dar con ella.

— ¿A quién buscas? —Preguntó Troian quien se acercó a mí para darme un beso en la mejilla como saludo a lo que yo correspondí.

— A nadie. —Dije pasando mi mirada a ella sonriendole con suavidad.— ¿Que tal?

— Ah, no sé como es que despierto cada mañana, con eso digo todo. —Ironizó seguido de una risilla.— Bien, todo genial ¿Tú que tal?

Me encogí de hombros.— Puede ir mejor mi vida pero no me quejo. —Sonreí, ella me la devolvió antes de hacerme un ademán para seguirla.

Seguí caminandi tras ella imaginando que nos dirigiriamos al camper cosa que fue acertada, nos dirigiamos a aquel gran vehículo pero aunque mis pasos iban con ella mi mente no.

¿Dónde podría estar?

A pasos cortos y veloces me adelanté a Troian para tomar la perilla de la puerta y abrirla indicándole que pasara primero cosa que agradeció y lo hizo seguido de que yo entré tras ella.

Las chicas de vestuario estaban ahí hablando unas cuantas cosas mientras terminaban de poner los conjuntos que ocuparíamos.

Yo solo caminé a un estante junto a mi compañera para dejar ahí mi bolso con mis pertenencias así como Bellisario pero a diferencia de ella, yo antes de abandonar mis cosas revisé mi celular.

Troian se perdió hablando con ellas hasta que la mención de la mujer hizo que los nervios me invadieron de manera desprevenida, mi rostro viró rápido haciéndome que internamente me abofeteara ¡Que discreto!

Pero todo pensamiento en reprimenda a mi persona se vio nulo cuando ante mí visualicé a una morena desaliñada, no de una buena forma como las veces en las que la llegue a ver, no estaba desaliñada por estar a las carreras sino que esta vez estaba totalmente hecha un desastre.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now