Detrás de la cámara. © [Tom Felton]

Capítulo veinticinco. | SEGUNDA TEMPORADA.

D O M I N G O.

« ¡Buenos días! ¿Me extrañaste? »
— Enviado, 08:23

Tom.
« Buenos días, y no.»
— Enviado, 08:25

Moa.
« ¡Buen día Troy, claro que sí.»
— Enviado, 08:23

« Para serte sincera no me sorprende la respuesta.»
— Enviado, 08:28

Tom.
« Aprendí de ti.»
— Enviado, 08:30

Moa.
« Vanidosa.»
— Enviado, 08:29

« En fin, solo pasaba a molestarte tantito para citarte hoy.»
— Enviado, 08:33

Tom.
« Claro ¿Hoy, a dónde? ¿Que haremos?»
— Enviado, 08:33

Moa.
« Tengo flojera. :c ¿A donde planeabas citarme?»
— Enviado, 08:33

« En el teatro, conseguí boletos para la función de hoy de Hamilton, es por la tarde.»
« No espero un No por respuesta, lo has prometido.»
— Enviado, 08:45

Tom.
« ¡Genial, creí que tardarías un poco más!»
— Enviado, 08:45

Moa.
« Ciertooo, no me acordaba.»
« Tenía limpieza que hacer pero vale, soy una mujer de palabra.»
— Enviado, 08:45

«¡Perfecto! Te veo poco antes de las 17, frente al teatro. <3»
— Enviado, 09:09

Tom.
« Te veo ahí, hasta entonces mocosa. <3»
— Enviado, 09:11

Moa.
« Va, nos vemos más tarde Troy ¡Lindo día!»
— Enviado, 09:11

« Troy ¿Puedo invitar a otra persona?»
— Enviado, 10:13

Troian no se había percatado del último mensaje de la morena debido a los deberes que tenía entre las muchas cosas que se hacían en su vida, había hablado con Tom y Moa al mismo tiempo respondiéndole igual a ambos.

Tom recién se levantaba cuando fue interceptado por los mensajes de su amiga Troy a quien gustoso le respondió con cariño, su mañana había sido demasiado normal, empezaba su día desayunando junto a su querida cachorra que animosa recibía a su padre con tanto amor. Prosiguió a limpiar su hogar como regularmente lo hacía aunque para estar en sintonia puso unos cuantas canciones que eran sus favoritas de aquel musical al hoy iría.

El mismo tenía unos cuantos covers y sintiéndose alegre y motivado, hizo un pequeño live donde como siempre, amaba de compartir pantalla con sus fans y cantar algunas canciones.

En algún momento de su día llegó a su mente la imagen de la morena no pudiendo evitar sonreír enternecido al recordarla. Él esperaba no confundirse con las señales que estaba recibiendo, Moa parecía todavía mostrar interés en él y era algo que lo esperanzaba más.

Él no estaba dispuesto a dejarla.

Él la amaba, y le tocaba sufrir por ello sin importar nada.