Detrás de la cámara. © [Tom Felton]

Capítulo siete. | SEGUNDA TEMPORADA.

Robert.

Mis ojos seguían los movimientos de mi contrario que en sus brazos cargaba a mi sobrina, Daniel parecía estar tan fascinado con ella que difícilmente la soltaba así como Erin, Kenia había conquistado el corazón de nosotros cuatro así como sin saberlo el corazón de parte de mi fandom que vagamente creía que era mi primogénita junto a Moa.

- Sigo diciendo que deberían tener uno.-Insistió Dann, haciendo que yo negara con la cabeza de forma divertida.

- ¿Hasta cuando vas a seguir insistiendo?

- Hasta que tenga un sobrino por parte de ustedes dos.

Reí suavemente.

- Ya te dije que no, Moa y yo no salimos.-Sentencie.

- Pero se acuestan. -Atacó, cosa que a mí me hizo fruncir el ceño con diversión negando con la cabeza ante la idea que aquel planteo.

Moa y yo teníamos una especie de relación que era cercana pero no a tal punto de consumarse con frexuencia en encuentros sexuales, por lo general, y en su tiempo fueron simples y muy pequeños besos así como muy contadas ocasiones de relaciones íntimas.

No es que yo insistiera, no.

No es no.

A veces simplemente entre mi morena y yo llegábamos a tener arranques de libido, pero sabíamos, o sabía yo mejor que nadie que esos encuentros no significaban nada. Aceptaba pero simplemente, después del extasis, todo debía volver a ser normal, como si nunca hubiese pasado nada.

No era malo, al menos no para mí exactamente, teníamos una relación "abierta" y sin compromisos si es que debíamos etiquetarlo en algo pero a veces las etiquetas no encajaban con lo que uno experimentaba.

- Admito que me sorprende que sigas aguantando esto. -Rodé los ojos ante el comentario de Potter.

- Por mí no hay nada malo, lo sabes.

Dann hizo una mueca.

- Lo sé pero... ¿Realmente no te duele?

- No.

- ¿Seguro?

- Daniel, no he discutido con Moa por esto y no lo haré contigo.-Declaré.

- Ya, ya... Solo digo que si fueras alguien más tal vez ya estarías harto, ella no te ama.

Sus últimas palabras me hicieron fruncir el ceño, herido, sin saber porque sentía un ardor similar al de una reacción alérgica desvié mi mirada.

- Ella me ama.

- Pero no de la manera en la que lo hace con Tom.-Sentía molestia.

- ¿Puedes callarte? -Pedí.- No voy a pelear por esto, es ridículo.

- Nadie esta peleando.

- No pero parece que quieres eso. -Chisté poniendome de pie.- Desde hace tiempo me insistes en esto, que salga, que le insista, que la enfrente ¿Por qué? -Sin darme cuenta había alzado la voz.