Capítulo treinta y tres.

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Narrador omnisciente.

El Sábado el centro de atención para el grupo de amigos fue la chica de piel morena pues al igual que el viernes, no hizo acto de presencia fuera de la cabaña, desde luego todos quisieron visitarla, todos a excepción de Tom quien actuaba de forma normla y cuando tocaban ese tema se limitaba solo a decir “Espero que mejore” cosa que encendía el infierno en Pattinson.

El Domingo, la morena pisaba fuera de la cabaña vestida de un pantalón verde así como una camisa negra estilo deportiva, sus tenis y su cabello oscuro sujetado en una coleta baja, no se veía tan bien como los otros días pero se veía lo necesariamente justa como para creer que solo fue una simple y mala noche enferma.

— ¡Moooa! —Canturreó James llegando a ella para abrazarla por encima de los hombros.— Señorita ¿Cómo estas? ¿Te sientes mejor?

— Jamie~—Apodó la joven mientras dejaba que su brazo rodeara la cintura del varón de casi dos metros.— Me siento mejor, gracias, solo fue una mala noche.

— Me alegra escuchar eso.~ ¿Ibas para la cafetería?

— Sí, iré a desayunar ¿Tú también? —Asintió.— Vamos, vamos.

Los dos amigos caminaron hasta la cafetería sin alejarse, caminaban abrazados con calma mientras Moa escuchaba a James ponerla al corriente de los días en que no había salido de la cama.

— Y Tom pareció discutir con Emma... Nadie sabe por qué pero bueno, ya sabes que no tardan mucho peleados.—Concluyó calmadamente, balancenando su cuerpo un poco para poder abrir la puerta y permitir que la morena entrara primero.

La morena admitía que le daba curiosidad preguntar, indagar de la razón de su pelea pero terminó por no darle importancia, principalmente porque Tom estaba implicado en la ecuación.

Fue recibida por todos, quienes la llenaron de alegría por la preocupación que recibía así como esta dio disculpas por haberse enfermado y dejarlos en duda.

En la mesa, para todos pasaba por alto la tensión entre el rubio y la morena excepto para Robert y Emma, y obviamente, los involucrados. Tom actuaba como si nada y claramente, la indiferencia de este le dolía a la chica aunque era claro que simularia no dolerle, ella prometió ignorar todo aquello que implicara un acercamiento entre ellos.

— Moa ¿Puedes pasarme las servilletas, por favor? —Pidió Tom a la chica.

Esta movió sus ojos de Robert, con quien platicaba, al servilletero para tomarlo y dárselo pero eso sin siquiera mirar al otro varón.

Tom pudo fruncir el ceño con suavidad para tomar el servilletero.— Gracias.—La chica solo asintió pero sin dejar de hablar con su pareja, su amigo a su costado.

— Moa, o Robert, alguno de los dos ¿Me pasan la sal, por favor? —Esta vez fue Matthew quien habló.

— Claro, espera. —Respondió la de ojos marrones tras verlo al momento en el que fue mencionada. Le hizo una seña a Robert quien estaba más cercano al salero, este lo tomó y se lo dio a la morena, aquella se volvió virando su cuerpo para darle a Matt lo que pidió.— Aquí tienes.~

Emma quiso reprimir una risa al ver que los ojos azules de su mejor amigo siguieron los movimientos de Moa y Matt, incrédulo, a él siquiera le había respondido o mirado pero a Matt sí. Tom sentía algo de molestia ¿Por qué se comportaba de forma grosera? No dijo nada y dejó que todo el desayuno siguiera tal cual estaba.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora