Detrás de la cámara. © [Tom Felton]

Capítulo veinte.

Narrador omnisciente.

La cercanía entre Felton y Moa poco a poco iba siendo reconstruida, de un día para otro no se olvidaría aquella mentira pero claro, para la morena no era problema simular que nada había pasado, ella perdonaba pero no olvidaba.

Caía la primera semana de Diciembre, dando paso a las frías ventiscas que venían con ella.

Emma y Tom se habían encargado de organizar un viaje, entre todos sus amigos, los cuales aceptaron esperanzados en no tener dramas como lo fue el final de la fiesta pasada.

— ¿Estás segura que no irás? —Preguntó un chico d euna cabellera rubia conocida, quien solo veía como su pareja metía ropa a su maleta.

— No corazón, ya te dije. —La voz de Jade sonó en respuesta mientras doblaba su respectiva ropa, introduciendola en la maleta para que hubiese más espacio.

— No entiendo porque me cancelas.

La mujer de cabellera larga se detuvo clavando sus ojos en los azules con un deje de ofensa.— ¿Me reclamas que mi familia me necesite? Lo siento pero no puedo manejar que algún integrante de ella no caía mal, pero que más me gustaría.

— No, no me refiero a eso.

— Ya sé. —Rodó los ojos fastidiada.— Solo... —Se acercó al rubio para sentarse en su regazo.— Ellos me necesitan y yo no puedo negarles mi ayuda.

— Entonces vamos, te acompaño. —Tom dijo en un tono suplicante.

La castaña negó.— No, no, no, sabes que no quiero arrastrarte al estrés.

— Tú no tienes porque afrontar tus problemas sola, y no me arrastras, quiero ir.

— Tom, no. —Su voz sonó severa.— Es una buena oportunidad para divertirte corazón, estarás con tus amigos.

— Yo quiero estar contigo, quiero estar dónde tú estés. —Las manos de Tom rodearon su cintura.

— Cariño, no, ya lo habíamos hablado.

Felton rodó los ojos con fastidio antes de asentir con pesar, no le agradaba para nada que Jade se fuera de su lado y más por casi tres semanas, se imaginaba pasar las fiestas de sembrina sin la presencia de su novia.

— Muy bien. —Susurró resignado, su rostro lo acercó al de su novia para besar esos dulces labios por los cuales se abstendría por días.

Su chica se iba hoy, 03 de Diciembre mientras que el rubio partiría a su destino junto a sus amigos al día siguiente, por la madrugada, por lo que su día no quedaba del todo libre, tenía que ir a dejar a Willow con alguno de sus hermanos, bien podría ir con ella pero prefería dejarla en buenas manos.

Tom se encargó de ayudar a su novia en lo que faltaba para ir a dejarla a casa de sus padres donde se supondría partirían.

Al llegar se encontró con la sorpresa de que los padres de su novia no tenían siquiera las maletas hecho cosa que aunque lo extrañó, no dijo nada al respecto, su novia solía ser algo ansiosa.

— Por favor, cuídate, corazón.—Susurró Tom mientras acariciaba la mejilla de Jade, su Jade.

Sus ojos azules recorrían el rostro de su pareja tratando de memorizar sus facciones después de todo no la vería hasta casi Navidad.

— Tú también, cielo. —Y un beso fue lo que cerró la despedida antes de que el de ojos azules partiría, tenía todavía que ir a dejar a su cachorrita.

Por otro lado, en una casa se escuchaban los pasos apresurados y emocionados de una morena.

— Relájate, ya tenemos todo en las maletas.—La voz de Daniel sonó al desesperarse por ver a su hermana corriendo por los pasillos.