Capítulo treinta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.

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PRIMERA SEMANA.

Moa apreciaba frente a un espejo su cuerpo, sus manos tocaban su abdomen no esculpido así como sus ojos viajaban de pies a cabeza con lentitud deteniéndose por segundos en los kilos de más que adornaban su cuerpo.

Inconscientemente había comenzado a criticarse a pesar de mencionar que ella no prestaba atención a esos comentarios desagradables a su persona donde más de una la llamaba "Cerda" Sentía una extraña sensación en su pecho, la repugnancia comenzaba a ser bienvenida en ella.

¿Cómo es que nunca nadie le dijo algo?

¿Cómo es que sus amigos le permitían comer tan desmedidamente como una vil pordiosera?

¿Cómo era posible que ninguno le dijera lo malditamente gorda que se veía?

Ella mencionaba que no le importaban los comentarios que recibía pero muy en el fondo comenzaban a carcomerle la consciencia, se sentía afligida, en sus redes sociales estaba saturada de mensajes obligándose a comenzar a poner en privado por el momento sus perfiles. Realmente le sorprendía lo pasional que podían ser las personas, en este caso las fans del su novio.

Unas cuantas pisadas llamaron su atención obligándose a volver su mirada al umbral de la habitación para encontrarse con Willow quien caminó perezosa hasta la cama principal donde dormía la chica, brincando para poder acostarse ella.
Magdala soltó una risa al verla, caminó de forma lenta hasta la cama para acostarse de tal modo que pudiera abrazar a la can.

— ¿Extrañas a papá? Yo también lo extraño. —Confesó entre caricias al pelaje sedoso de la cachorra. Moa desbloqueó su celular ingresando directamente a la camara y poder tomarse una foto con Willow.— Se le enviaremos para que no nos extrañe.

Y tal como había anunciado, envió la foto.

Moa estaba desempleada por el momento, había mandado su curriculum a diversas plataformas y casas productoras pero hasta el momento no recibía respuesta de alguna, hasta ahora no le era problema el dinero, claro, no era una mujer con una gran fortuna cubriendola pero lograba subsistir y con eso le bastaba pero a ella eso no le agradaba mucho.

Por otro lado, un rubio descansaba de sus ensayos grupales, Tom, al ser uno de los personajes secundarios no se le era tan exigente como a los protagonistas, él podía encargarse de entrenar su actuar pues en la película él ocupaba manejar una espada de forma profesional.

De camisa sudada, el cuerpo perlado, sus hebras adheridas a su frente por lo mojado del sudor, Felton se sentaba en el suelo con una botella de agua en mano la cual solo pudo durar aproximadamente 10 minutos pues, en su cansancio, había tomado todo hasta la última gota.
Le gustaba trabajar, le gustaba actuar, pero detestaba lo exigente que podía llegar a ser, las únicas veces en las que podía tener un buen tiempo libre era por las noches pero siempre terminaba cansado cayendo en brazos de Morfeo tan pronto como tocara el colchón del hotel donde se hospedaba, y hasta eso, a veces no podía darse el lujo de hablar con su novia de una forma.

Los primeros tres días logró hacerlo, sin embargo al cuarto cuando comenzaban a instruirlo se sentía más cansado.

Por las noches aquella pareja hacía videollamadas siendo Tom el primero en quedarse dormido, Moa tomaba capturas de ello antes de terminar la videollamada y dejar descansando a su novio.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now