Capítulo cincuenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.

1.1K 107 68
                                    

Narrador omnisciente.

Moony.

Su cuerpo desencadenó una serie de sensaciones que en ese momento le trajeron muy malas emociones, toda una conmoción al no estar preparada para ver a la persona que tenía frente a ella era lo que consumía a la mujer. Deseaba que fuese una mala jugada de la percepción pero no, no lo era.

Los ojos de la otra persona pasaron del rostro de la morena al fruto que cargaba entre sus brazos.

Un pequeño bebé de apenas un mes de nacido se mantenía aferrado al pecho de su madre moviendo sus delgados y pequeños labios con la intención de succionar la leche para poder alimentarse.

Era idéntico a él, tal como se lo había mencionado sin bromear.

Los cabellos rubios se dejaban ver en su cabeza así como esos ojos azules a los que parecía querer ganarle la sensación de cerrarlos para ceder al sueño como comúnmente solía hacerlo cuando su madre lo arrullaba, después de todo era cercana su hora de dormir.

Los labios de aquella persona se abrieron pero ninguna palabra salió, todas se habían quedado bailando en la punta d ela lengua, ninguna salía y la mujer tampoco hacía algo para romper el hielo que se había instalado en ambos, Magdala no sabía como reaccionar ¿Que debía hacer? ¿Había alguien más enterado de la presencia de aquella persona? Siempre pensó que al volver a verlo después del tiempo que tuviese que pasar sentiría felicidad pero sabía que era un fiasco aquella idea.

— Lamento presentarme así... —Logró articular el intruso en ese momento avergonzado de su falta de modales al no anunciar su llegada y más por llegar tarde como lo era en ese momento que comenzaba a caer la noche en aquella ciudad.— ¿Estás sola, cierto?

— S–Sí—Logró articular cediendo el paso al interior de la casa que compartía junto a su prometido. Cerró la puerta tras el cuerpo una vez pasó.

Ambos se miraron sin saber que decir, Moa solamente sentía como es que las emociones se acumulaban en un gran nudo en su garganta, no podía gritar, no podía moverse bruscamente, necesitaba calmarse si es que no deseaba que de tales emociones las vias de leches se cerraran. Caminó en silencio hasta el portacunas que tenía en la sala de las veces en las que solía estar ahí. En el felpado colchón colocó a su hijo quien se vio sorprendido al ser separado del seno de su madre.

La mirada de aquel otro adulto no se separó del bebé, ambos se observaron pero debido a la casi nula nitidez de la mirada del bebé en sus primeros meses de vida pronto volvió aquellos grandes y curiosos ojos azules heredados de su padre a los objetos que sí lograba enfocar en la cercanía. Una sonrisa pequeña llena de tenrura se curvó en los labios del tercero antes de tener que pasar a afrontar aquel conmocionado rostro de la madre del recién nacido.

 Una sonrisa pequeña llena de tenrura se curvó en los labios del tercero antes de tener que pasar a afrontar aquel conmocionado rostro de la madre del recién nacido

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

— Moony. —Volvió a susurrar.

Una sensación de calidez brotó en el pecho de la mujer antes de verse desbordada haciendola caminar torpes pasos para verse refugiada en los brazos de aquel hombre al que había echado de menos.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin