Capítulo ocho.

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Moa.

Observé con atención el disfraz que estaba tendido en el sofá de la sala mientras trataba de convencerme en que había hecho una buena inversión.

Era un disfraz de lo que sería la mujer de Frankenstein, o bueno, el monstruo.

Frankenstein era el creador.

Una peluca de mala calidad larga con dos rayos blancos a los costados, un vestido blanco y unos cuantos accesorios como lo era un collar para simular los tornillos y una dentadura falsa.

— Espero que realmente valga la pena.—Me dije mientras me tiraba al costado del espacio que ocupaba el disfraz para tomar mi celular.

Unas cuantas reacciones y DM's en Instagram me hicieron arquear una ceja confusa, entrando a la aplicación para darme cuenta de que todo era en referencia a las stories publicadas.

— Mierda. —Susurré mientras entraba a mis stories para percatarme de cuales eran, y aunque no era algo malo para mí me sorprendió.

Robert y yo teníamos la mania de tomar el celular del otro pero no para nada malo, solo tomar fotos del otro y uno mismo.

No hubiese implicado problema si tan solo no lo hubiera visto cierta persona que evitaba.

¡Tom había visto la storie!

¡Maravilloso!

— Estúpido, Robby. —Chisté con furia antes de desplazarme entre mis apps con agilidad para entrar a mis mensaje.

Los mensajes de Tom sin abrir y percatandome, habían pasado ya casi 6 horas desde que me los mandó.

Carajo.

Entré al chat quedándome absorta por mi mente en blanco ¿Cómo se le responde a una persona después de ignorarla? ¿Debía simular que no lo había hecho?

Mi día transcurrió hasta que al despertar en la siguiente mañana, acompañada con un nudo en mi estómago me puse de pie y esperé hasta que cayera la noche.

Después de ignorar por completo a Tom el día anterior y no hablarle en la mañana para asegurar que la cena de Halloween seguía en pie, me sentía rara, solo esperaba que todo fuera bien hoy.

Tres golpes en la puerta de un hogar conocido sonaron entre el bullicio tras de mí de los niños emocionados por los dulces que recibían, así como los mayores supervisandolos.

— Dulce o truco. —Dije cuando fui consciente de que mi mini infarto había pasado al verlo.

Unos ojos azules se achicaron ante mi presencia— Truco.—Mientras abrazaba más a su cuerpo una bandeja con dulces.

— Puedo desaparecer mi puño en tu cara ¿Quieres ver? —Por su mirada parecía verme hasta los pecados.— Amargado.—Chisté. Su risa hizo eco en mí.

El cuerpo de Tom se hizo a un lado permitiendome para al interior de su casa, yo que cargaba unas cuantas cosas pasé con cuidado mientras escuchaba unas infantiles voces hablar.

Caminé con confianza hasta la cocina para dejar todo ahí siendo seguida por una alegre cola vacilante y cuatro patas.— Hola Willow.~—Susurre con suavidad dirigiendome a verla.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now