34

19.9K 915 2.7K
                                    




Camila

Intento entrecerrar los ojos sólo lo suficiente para poder alcanzar el párpado y seguir viéndome en el espejo al mismo tiempo, y me mantengo concentrada en el delineador mientras trato de que me quede igual en ambos ojos.

Kat está recostada en su cama, mensajeándose con Hook con expresión molesta y si no fuera porque me dijo más de tres veces que seguía emocionada por ir a la fiesta, pensaría que no quiere ir porque está malhumorada y me cuesta hasta reconocerla porque no suele estar tan callada.

Lleva las últimas dos semanas tan emocionada por elegir los disfraces que hasta me hizo recorrer tiendas enteras sólo para conseguir un traje de Cruella de Vil que la volvió loca al verlo en internet y ahora ni siquiera pareciera querer ir, lo que no puede hacer porque prepararme me está tomando más del tiempo que pensé que no habré hecho todo esto por nada.

Le preguntaría por qué está actuando tan raro si no supiera que va a decirme otra vez que prefiere hablar mañana después de la fiesta, así que mientras ella suspira irritada sin dar ningún tipo de explicación, yo intento terminar de maquillarme antes de las siete para después vestirme y esperar que precisamente Hook venga a buscarnos a su casa, un panorama que no me tiene emocionada porque me sentiré como si estuviera en medio de padres divorciados, pero no tengo muchas opciones.

Y eso en caso de tener suerte, porque si resulta que Nicholas también viene en ese auto declaro mi noche arruinada y no me quedará más opción que, o quedarme aquí, o pagar un taxi hasta la casa de Aiden.

—Ay, me rindo, esta mierda es muy difícil —murmuro después de intentarlo tantas veces que ya pierdo la cuenta—. Te juro que antes me quedaba bien, no sé qué me pasa. —Gruño exasperada al tener que volver a desmaquillarme el ojo izquierdo y le envío una mirada enojada cuando su única respuesta es un ''mmm'' desinteresado—. ¿Cómo que 'mmm'? Podrías ayudarme en vez de quedarte ahí sin hacer nada, sólo como sugerencia. No me quejaría.

—Me dijiste que sabías hacerlo sola —me responde sin despegar la mirada del teléfono.

— ¡Pero ya me viste intentarlo! —Me quejo, suspirando resignada—. Perdí la práctica porque hace mucho no lo hago, ¿te cuesta mucho moverte de ahí y ayudarme a terminar?

—Sí, me cuesta. —No es una respuesta que me daría si no estuviera concentrada en algo que cree más importante, así que le lanzo una almohada que usé para mi trasero y la obligo a mirarme de vuelta.

—Por favor —le ruego, entrelazando mis dedos—. Porfi, porfi, porfi.

Kat rueda los ojos y deja el teléfono a un lado por primera vez desde que empecé a arreglarme, haciendo una mueca porque le cuesta moverse desde que decidió ponerse un disfraz que ni siquiera es su talla y que teme romper.

Le queda apretado en la zona de las caderas, y sigo pensando en lo difícil que será para ella el sólo hecho de caminar porque insistió en comprárselo en lugar de pensar en otro que sí estuviera en su talla.

—Tienes toda la piel roja —dice cuando cierro los ojos—. ¿Estás segura de que sabías hacerlo o sólo querías presumir? —Pregunta cuando sus dedos fríos me mantienen fija la cara—. Igual no sé por qué te esfuerzas tanto en arreglarte si supuestamente no querías ir a la fiesta de Aiden y tuve que obligarte.

—Ay, cállate —le digo—. No me obligaste. Y más emocionada si no te hubieras vestido así y me hubieras hecho caso en ir combinadas. Ni siquiera estás cómoda, no paras de hacer muecas y ajustártelo cuando caminas.

—Pero es lindo —se queja.

—Ser una cantante pop de los 2000 es mucho mejor. —Finjo estar triste—. Nos veríamos tiernas, ¿no crees? —Me ajusto el micrófono falso que tengo pegado a la cara, y poniéndome de pie, me miro al espejo por milésima vez.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora