10

13.3K 867 1.7K
                                    


Lauren

Camila apoya su espalda en la pared y se cruza de brazos, sin dejar de mirarme. Hay una especie de brisa que me provoca escalofríos en todo el cuerpo cuando me detengo frente a ella, ahora más cerca, o quizás sólo sea el hecho de que estoy sintiéndome como si su sólo presencia pudiera sofocarme. No estoy segura.

— ¿Qué piensas que estoy haciendo aquí? —Pregunta en lugar de responderme—. Dijiste que estudiaríamos y llevo esperándote más de media hora... Más de cuarenta minutos, de hecho. ¿Dónde estabas, por cierto, si se puede saber? Es segunda vez que me dejas esperándote, ¿quién piensas que eres?

—Eh, eso no es verdad. De hecho —imito el tono de su voz—, te envié un mensaje para avisarte que no podíamos vernos hoy. —Camino a su lado y empiezo a abrir la puerta de mi departamento, con ella inmóvil a mis espaldas.

— ¿Uh, lo hiciste? —Murmura, fingiendo no estar muy convencida—. ¿En qué momento?

—No sé la hora exacta, pero-...

— ¿Tienes pruebas de lo que estás diciendo? —Me interrumpe—. Porque si es así, me gustaría verlas.

—No necesito pruebas porque sabes y yo sé que lo hice.

—Sin evidencias, no tienes nada. Mentir frente a un juez es un crimen.

Se me escapa una risa.

—No hay ningún juez, Camila.

—Mentir frente a cualquier persona es un crimen —se corrige.

—No lo es. Y en todo caso, eliminar pruebas es más grave que mentir.

—Así que admites estar mintiendo.

— ¡No! Sólo estoy puntualizando que, en el caso hipotético y no verídico de estar mintiendo, tu crimen es mucho peor.

—No me enviaste nada, Lauren. No habría venido si supiera que no podías recibirme.

—En mi teléfono salía que lo leíste.

—La tecnología no siempre funciona —se excusa.

—Sí, claro.

— ¿Crees que estaría aquí por nada? —Se coloca a mi lado y tira del borde de mi chaqueta para llamar mi atención. Sé que la reconoce, que sabe perfectamente con quién estuve, y por eso me sorprende que no haya comenzado a gritarme al verme con esta chaqueta puesta—. Pero no veo que ahora estés ocupada, así que supongo que no habrá problema si me quedo contigo, ¿verdad? ¿Me invitarás a pasar?

—No puedo —niego con la cabeza—. Es tarde y estoy cansada como para estudiar. Será mejor que vengas otro día.

—No quiero venir otro día. —Frunce el ceño y no muestra ninguna disposición a irse—. Quiero estudiar hoy.

—Supongo que no estarás pensando que haremos siempre lo que tú quieres o que soy estúpida como para creer que no leíste el mensaje.

Camila resopla.

— ¿Por qué dices eso?

La miro por unos segundos antes de abrir la puerta, pero permanezco en mi lugar. Con mi pierna impido que vuelva a cerrarse y me giro hasta estar frente a ella.

—Porque es obvio que me estás mintiendo y que sí lo leíste —murmuro—, y creo que estás aquí porque quieres averiguar los detalles de la cita que tuve.

— ¿Los detalles... de qué? —Finge no haberme escuchado bien.

—No te hagas la tonta. ¿Te interesan los sucios también o sólo vas a preguntarme cómo me fue? —Suelto una risa, lamiéndome los labios porque todavía siento la garganta seca después de beber dos botellas de cerveza.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora