más de ti [camren]

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Lauren

Sigo sin poder dormir cuando en medio del silencio y todo el vacío, la puerta de mi departamento suena con la llegada de mi papá.

Me acurruco más en la cama, dándole la espalda a mi puerta en caso de que decida abrirla para saludarme y mirando hacia la ventana abierta cuando estoy tan cansada que casi no puedo mantener los ojos abiertos. En realidad no sería tan mala idea que estuviera conmigo porque así al menos podría pensar en algo más que el hecho de que me duele todo el cuerpo con cada minuto que pasa y que por más que quiero dormir para dejar de pensar, mi cabeza no me da tregua desde que Camila se fue.

Dejé de llorar hace más de una hora, pero en lugar de sentirme mejor, el vacío que quedó es mil veces peor porque el sol ya terminó de salir, los automóviles se escuchan más a esta hora de la mañana y en parte creo que la ciudad despierta mientras que para mí todo sigue igual. Todo sigue exactamente igual, así que aceptaría incluso que papá hiciera bromas que me dejan en ridículo con tal de quitarme esta sensación.

No paro de pensar en todo lo que dije. Y también en todo lo que no pude decir. Me siento culpable, dolida y enojada en partes iguales porque sucedió todo lo que no debía pasar y mantener mi celular bajo la almohada, sabiendo que tengo mensajes sin leer y llamadas sin contestar hace que no quiera salir de esta cama nunca más. Desearía que estas horas fueran eternas y no tuviera que enfrentarme a la idea de que la noche anterior pasó de verdad, y que tengo que soportar el hecho de que ni yo misma pude reconocerme.

Me llevo las rodillas al pecho y continúo respirando a medida que escucho sus pasos y el sonido de las llaves lanzándose al mueble de la televisión. Me pregunto si así es cómo se sentirán las semanas, si así es cómo debió sentirse siempre, porque ninguna ruptura me hizo sentir tan... ¿triste? ¿furiosa? ¿celosa?

A ratos el corazón se me acelera pensando en que podría ignorar lo que pasó y llamarla para disculparme por haber dicho lo que dije al sacarla de mi casa, y quizás acceder a verla más tarde para escuchar lo que no pudo decirme, pero la sola idea de escuchar su voz me hace querer llorar porque nada va a cambiar que si fingió por tantos meses que estaba sintiendo algo por mí, también podría fingirlo ahora para lograr que la disculpe. Podría mentirme y yo ni siquiera me daría cuenta.

Aunque siempre sospeché que su interés no era más que intentos por mantenerme lejos de Nicholas, es diferente saber que estuvo con él durante esos meses que decidí alejarme. Dijo no sentir cosas por mí cuando hablamos en el departamento y yo me confesé, pero... pero me lo demostraba. No era algo que sólo estaba en mi cabeza. Y aunque no tuviera la obligación de contarme los detalles de lo que había pasado, pudo decir otra respuesta en lugar de mentirme. Eso es lo que no soporto, que me haya asegurado que no pasó nada cuando en realidad... Pasaba de todo y dejó que yo... siguiera detrás como la estúpida que soy.

Suspiro, sacudiendo la cabeza para dejar de pensar en eso. Tengo que recordarme que no merezco volver a sentirme insegura por no poder darle todo lo que quería. No es justo para mí estar llorando y por más que muera de ganas de llamarla, no planeo ser la segunda opción de nadie.

Debí alejarme en cuanto empecé a sentir cosas más fuertes por Camila; en parte también es mi culpa porque sabía que no lo superaba, que aún pensaba en él y seguí insistiendo. Quise hacerme la tonta e imaginar que con lo que habíamos avanzado era prácticamente un hecho que ambas sentíamos lo mismo. Me dejé llevar y ahora estoy enfrentándome a las consecuencias.

Estúpida. Estúpida, Lauren.

Mantengo los ojos abiertos cuando mi papá toca mi puerta, y como no tiene respuesta, abre un poco para asegurarse de que estoy aquí y no me quedé en otra parte. Aprieto las sábanas con mis manos y sorbo por la nariz. Mi nuca duele por la carga tan pesada y mi garganta pareciera estar llena de pequeñas espinas que se incrustan cada vez que trato de aliviarme para no llorar.