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Camila

Los días avanzan más rápido de lo que mis refuerzos pueden aguantar y con ellos disminuyen mis esperanzas porque sigo sin saber nada de Lauren.

Intenté buscarla en la universidad, fui a su facultad a la hora en la que solíamos vernos antes de que decidiera ignorarme, pero no la vi por ninguna parte. Un día vi a sus amigas comiendo en la cafetería y aunque mi corazón se detuvo porque asumí que estaría con ellas, rápido me decepcioné cuando seguí sin verla. Ellas me saludaron de lejos y yo sólo me resigné a no preguntar nada porque sabía que no iban a darme lo que quería. No sé con certeza qué la llevará a faltar a clases cuando puede ser una de las personas más responsables que conozco, pero creo... creo que es por mí. Para no tener que verme.

Ahora estoy en mi habitación de la residencia, sola, sin nadie a quién llamar y extrañándola. Como siempre. Miro hacia el velador junto a mi cama y suspiro al ver el cuadro de la constelación. Supongo que su 'siempre tendré historias para contarte' tenía excepciones y ésta es una de ellas.

Apoyo mis manos en la cama para incorporarme y cruzo mis piernas antes de resoplar porque la paciencia nunca fue uno de mis fuertes y creo haber esperado mucho. Hace poco más de una semana que me echó de su casa y pensé que a estas alturas ya habríamos aclarado las cosas. No pensé que Lauren fuera el tipo de persona que se esconde cuando hay problemas. O quizás es que no quiere nada conmigo de verdad y estoy aquí perdiendo el tiempo.

Es triste pensar que si no fuera por Kat estaría más sola que nunca, no tengo a nadie con quien pelear como antes. Nadie que me recuerde que significo algo para alguien, aunque sean las cosas malas que siempre signifiqué en mi casa. Miro a mi alrededor y el silencio de mi habitación podría describir cómo me siento por dentro. Ya lloré tanto que no creo tener más ganas de compadecerme, no creo poder seguir llorando en las noches, y en su lugar quedó sólo el silencio. Eso, y la soledad que me lleva a extrañar gente que no debería extrañar.

Desearía haber sabido que vivir sola se resumiría en tener días difíciles que se vuelven soportables cuando Kat me acompaña, y otros aún más difíciles en los que extraño mi habitación, mi antigua casa, mis cosas... Y sobre todo a mi mamá.

Es curioso y en parte también patético porque podría enumerar mil motivos por los que mi mamá no merece que siga pensando en ella y sería la lista más eterna que se haya escrito jamás. Son tantos motivos que de la mayoría ya no me acuerdo; por más que trato de acordarme, de entender exactamente cuáles son las cosas que me hacen odiarla, es como si no existiera nada concreto que pudiera recordar más que el hecho de que nunca pudo quererme. La lista estaría casi en blanco, aunque ambas sabemos que existe y que no se puede borrar lo que me hizo y nos hicimos, por más que no sea capaz de escribirla.

Extrañarla es un sabor agridulce porque al menos con Nicholas tenía una versión idealizada que necesitar, con ella no tengo recuerdos buenos además de sus halagos cuando intentaba convencerme que tenía que disculparme, cambiar o avergonzarme de todas las veces que también a ella le supliqué llorando que no me dejara sola. Pienso siempre en su decisión de anteponer a mi papá antes que a mí, a una mentira antes que a mí, y se me revuelve el estómago porque acordarme de esos días en los que vivía en esa casa transforman esa ira en un malestar físico que me descompone. Ya no es sólo tristeza, rabia o angustia, sino que físicamente me marea.

Y no puedo entender por qué sigo extrañando esos días. No entiendo por qué, si nunca me sentí tan mal como cuando me quedaba a oscuras en esa habitación.

Ahora... Ahora pasan muchas cosas que no entiendo, y no estoy segura si es por vivir sola o simplemente estoy en una especie de duelo por lo que pasó antes de que mis papás me echaran. No es sólo por Lauren que lloro en las noches, sino también porque a veces me quedo esperando que mi mamá cambie de idea y me pida volver. Ni siquiera me interesa que se disculpe, sino que sólo me acepte otra vez y admita que haberme convencido para estar en esta residencia fue una mala idea.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora