11

13K 717 1.3K
                                    


Lauren

— ¡Ay, espérenme! —Escucho gritar a Audrey por quinta vez—. ¡Más lento, Lauren! ¡Me están dejando atrás!

Dejo caer mis brazos y ruedo los ojos antes de detenerme mientras el sol de la mañana comienza a extenderse por detrás de las colinas en las que decidimos correr aunque ninguna sea precisamente una deportista. De hecho, ni siquiera somos tan amantes de las actividades al aire libre, lo que es vergonzoso, pero definitivamente Audrey es la peor de las tres. No ha dejado de quejarse desde que llegamos.

—Audrey... —murmura Sophie, apoyando sus manos en sus rodillas. Inspira antes de voltearse hacia atrás para mirarla—. Juro que te quiero, pero si vuelves a quejarte una vez más voy a estrangularte con mis propias manos.

— ¡Es que van muy rápido!

—Es la cuarta vez que nos detenemos porque corres demasiado lento y ya deberíamos ir corriendo de regreso... —Sophie saca el celular de su mochila y frunce el ceño—. Mira, ¡son casi las diez de la mañana! A este paso no llegaré a tiempo para cuidar a mis hermanos y mi mamá se pondrá furiosa conmigo sólo porque eres una insoportable que no para de...

—No seas tan mala, Sophie, tú eras peor cuando subimos por primera vez —la interrumpo, aunque su actitud me da risa—. A mí también me desespera, pero sé una buena amiga y anímala. —Le envío una mirada a Audrey y más que enfadada, está intentando volver a respirar con normalidad antes de sufrir un ataque. Hasta dudo que haya escuchado algo de lo que le está diciendo.

Me acerco para ofrecerle un poco de mi agua.

—Pero si estoy diciendo la verdad —continúa Sophie—, y es lo que tú también piensas, no seas una cobarde.

—Podrías decírselo más amable, además yo no pienso que sea una insoportable —me defiendo.

—No es... No es mi culpa que vayan hablando y eso me distraiga —dice Audrey cuando termina de beber el agua, aclarándose la garganta y peinándose el pelo que se le pega a las mejillas—. ¿Qué dijiste sobre Nicholas, Lauren? Me perdí en... —Suspira antes de continuar—. Me perdí en la parte en la que casi te folla en la encimera de la cocina.

— ¡Eso no fue lo que dije! —Exclamo.

Sophie suelta una risa.

—Pero es lo que quisiste decir —me dice, olvidando momentáneamente su enfado por detenerse y entrelazando su brazo con el de Audrey a mi derecha, quien sigue demasiado cansada como para ponerse a discutir con ella.

Comenzamos a caminar, ahora más lento, y vuelvo a atarme el pelo mientras niego con la cabeza.

—No. Dije que pudo haberme besado, pero no lo hizo —aclaro—. Ni estuvo cerca.

—No te avergüences, Lauren, porque no es un crimen, y que te haya dicho que era afortunado por tenerte sobre su encimera fue porque pensaba en quitarte la ropa. No para un beso.

—Estaba coqueteando, pero no significa que haya querido... Ay, olvídalo, seguirás pensándolo aunque te diga cien mil veces que no es verdad.

— ¿De verdad no intentó besarte? —Me pregunta Audrey, mirándome con atención—. ¿No intentó correrte mano o llevarte a su habitación?

—Fuimos a su habitación —le respondo—, pero para leer. No se propasó en ningún momento.

—No te creo.

— ¿Es tan difícil de creer que nos hayamos juntado en su departamento para estudiar y conversar en lugar de acostarnos?

—Sí —me dice Sophie—. Lo es.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora