53

16.7K 812 1.2K
                                    




Las noches son mucho peores que los días, y eso ya es mucho decir.

Es en las noches cuando más pienso en ella y en lo mucho que me hirió que no respondiera nada al hecho de escucharla admitir que la quiero. Paso tanto tiempo mirando el techo de la habitación de mi residencia, tanto tiempo en esta cama, que conozco cada detalle de memoria y no cierro los ojos hasta que empiezo a ahogarme porque la pena y el arrepentimiento no quieren aceptar ninguna tregua. Me mantengo despierta hasta mucho después de medianoche, hasta esas en las que más sola me siento, y es entonces cuando repaso en mi cabeza todo lo que le dije y todo lo que prefirió ignorar.

Sé que si ahora tengo que reparar mis pedazos sola es porque yo sobrepasé el único límite que Lauren no estaba dispuesta a perdonarme. Sé que es mi culpa, que todo es mi culpa. Pero me duele. Y me duele tanto que a veces creo que no podré seguir respirando porque lo único que pienso y respiro es la rabia de haber perdido tanto tiempo con Nicholas.

Sigo sin poder dormir bien, sin poder comer y tengo que reunir toda mi fuerza de voluntad para no llamarla una vez más y suplicarle que estoy dispuesta a seguir disculpándome incluso si resulta que en realidad estoy equivocada y Lauren no está enamorada de mí.

Entendería si no lo estuviera. Le mentí no una, sino tres veces, y tengo tantas cosas en la cabeza que no es extraño que prefiera alejarse de mí ahora que tiene la oportunidad, hay cosas en mí que no van a desaparecer y a fin de cuentas... Hice lo que siempre hago.

Alejo a la gente que se preocupa por mí porque no soy capaz de mantener nada bueno y arruino todo lo que toco. Mi familia tenía razón en eso. Y Nicholas también, a fin de cuentas, porque fue la única persona que volvió después de creer que estuve con otra persona a sus espaldas, así que ahora... Creo que él sí me perdonaría y sí volvería. Creo que Nicholas podría ver lo arrepentida que estoy y ponerse en mi lugar porque él también me lastimó muchas veces, aunque ya no lo quiero a él.

Me llevo una mano al pecho cuando reconozco ese nudo en la garganta que hará que me ahogue otra vez y tomo una respiración profunda antes de sentarme en la cama y encender la lámpara. Suspiro, frotándome los ojos y gruñendo en voz baja porque estoy cansada. Quizás debí considerar la propuesta de Kat para salir juntas a pesar de saber que no soy la mejor compañía.

Es decir, doy asco y verme en una fiesta no es ni la quinta parte de lo que era antes, pero siendo honesta, ella tampoco está en su mejor momento y después de terminar con el imbécil de Hook. Podríamos ser miserables juntas.

Me inclino sobre la mesa de noche junto para ver la hora, y es entonces cuando el sonido incesante del celular termina por distraerme.

Las cortinas abiertas me muestran parte de la ciudad cuando entrecierro los ojos y el sonido se incrementa cuando lo tomo con mi mano. Tengo que entrecerrar los ojos cuando el brillo de la pantalla sigue en máximo y resoplo porque lo único que alcanzo a ver es un número desconocido cuando contesto. Juro que si se trata de quien creo que es...

— ¿Quién es? —Suelto tan irritada como pretendo e incluso sin tener respuesta, determino que estoy a tres segundos de cortar.

No es muy cortés, ya sé, pero esta situación me trae muy manos recuerdos de Nicholas llamándome de otros números cuando me daba la valentía de bloquearlo para que no pudiera volver a contactarme. Deben ser por lo menos las dos de la mañana, y cuando pienso que muy pocas personas me llamarían a esa hora, es cuando más sospecho que sea él.

— ¿Quién es? —Intento sonar más molesta al repetir la pregunta.

Uno.

Dos.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora