45

18.8K 922 2.2K
                                    




Camila

— ¿En serio tienes que ponerme esta cosa? —Me quejo cuando Kat aprieta demasiado el nudo detrás en mi cabeza y me obliga a mantener los ojos cerrados con una venda gris—. Estuve una hora maquillándome para que ahora tú-... Argh, me duele. ¡Ya está listo! —Exclamo, avanzando unos pasos para que me deje tranquila cuando no hay manera de que pueda ver algo más que oscuridad.

—Es muy necesario, Camila, quédate quieta y espera, no es tan difícil.

—Es difícil porque no veo nada. ¿Y si me tropiezo?

—No te vas a caer porque voy a estar pegada a ti.

—Podríamos tropezar las dos.

—Quizás si no te hubieras puesto esos zapatos...

— ¡Eran los únicos que quedaban bien con este vestido! —Defiendo mi elección.

—Sí, sí, ahora ten cuidado y sígueme —me responde, tomándome del brazo después de decirle a Hook que pague el taxi que nos fue a buscar a su casa. Amenazó con subir una mala foto a mi Instagram para que mantuviera los ojos cerrados y no pudiera ver la dirección, y ahora intenté entrecerrarlos para ver si se trataba de un bar o una disco, pero no me dejó—. Confía en mí, te va a gustar.

—Por el olor diría que... —Me tomo un momento para tratar de oler algo, pero es fácil adivinar que estamos en una especie de fiesta cuando escucho reggaeton de fondo y gritos antes de siquiera pisar la entrada—. ¿Tanto secreto para traerme a un bar? Apuesto que estamos en el mismo de siempre y estás haciendo todo esto para distraerme-...

—Por Dios, ¿no te vas a callar nunca? —Me interrumpe Hook, exasperado por mi actitud negativa desde que salimos de la casa de Kat—. No paras nunca de quejarte y por si no te das cuenta, es malditamente obvio que Kat te preparó una sorpresa y por eso no quiere que veas nada. Cállate de una vez.

No dejo pasar su tono de voz cuando paro de caminar e intento quitarme la venda para mandarlo a la mierda por estarme tratando así cuando nadie lo invitó a venir, pero Kat me sostiene los brazos para que no lo haga para no arruinar la noche.

— ¡Por favor! —Me pide, suspirando—. Es verdad, te tengo una sorpresa, pero tampoco tienes que hablarle así de mal, Hook. Prometiste que no pelearías con ella y por eso estás aquí ayudándome. No seas malo.

—No es malo, es un idiota —mascullo de mal humor porque si hay algo que odio con todo mi corazón es que me hagan callar, no lo soporto, ¡y menos que lo haga Hook! Me trago la rabia sólo por Kat y suspiro, tranquilizándome—. Sólo tenías que decirme que era una sorpresa y no te habría hecho tantas preguntas en el camino, Kat, aunque no entienda qué tiene de sorpresivo venir a un bar...

—Ya verás. —Me dice, ignorando el inicio de mi rabieta para seguir con su emoción—. Hoy es tu última noche oficial en mi casa, no ibas a pensar que te entretendría con películas y palomitas, ¿no? No sería una despedida decente.

—Es que no me emociona mucho la idea de una despedida.

—Pero es simbólica, claro, sabes que puedes ir a mi casa a quedarte todas las noches que quieras. —Sigo su ritmo al caminar y aunque no digo nada, sólo asiento con la cabeza, por primera vez agradezco tener una venda para que no vea que esa palabra me provoca una sensación extraña. Despedida.

Es aterrador y ridículo en partes iguales, porque este pequeño instante de pánico no tiene sentido cuando ya he pasado algunas noches en la residencia. Puede que se deba a que esta semana tendré que dormir sola de verdad porque Lauren me acompañó incluso cuando tenía que estudiar y supongo que a estas alturas querrá dormir en su habitación, o que ya no tengo que esperar que Julia lleve mis cosas a la residencia porque no me queda nada en esa casa. No sé. ¡No sé y me da rabia! A veces siento esa maldita presión en el pecho que me hace querer llorar y no sé bien cómo controlarla. Ni siquiera sé si pueda llegar a controlarla.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora