19

16.8K 856 3K
                                    




Camila

— ¿Vas a quedarte toda la noche ahí enojada o vas a decirme qué es lo que te pasa? —La voz de Kat se vuelve más y más insoportable con cada vaso de cerveza.

Desde que llegamos a este estúpido bar no ha parado de presionarme para que le cuente lo que me pasa, y lo peor es que no puedo decírselo sin que quiera saber hasta el más mínimo detalle de lo que ha pasado con Lauren. La conozco lo suficiente para saber que no descansará hasta hacerme hablar.

—Camila —insiste Kat, sentándose junto a mí y apoyando su cabeza en mi hombro—. Respóndeme. —Pide más fuerte para que la escuche sobre la música, que aunque es tenue, me sirve de excusa para no contestarle.

—No estoy enojada, Kat.

—Sí lo estás. —murmura divertida. Un vistazo hacia ella me confirma que ya está un poco borracha y que no va a dejarme tranquila hasta que logre sacarme toda la información que quiere—. Yo soy la que debería estar enojada contigo. Me dijiste que no podías ir a mi casa esta tarde porque estabas con Lauren y después me cortaste. ¡Me cortaste! —Exclama en susurros porque además de nosotras, en la mesa está Hook, Aiden y otros tres amigos de los cuales ya olvidé los nombres porque no me interesan.

Ah, y también está Nicho... Nichol... Hago una arcada mental antes de poder decir su nombre porque es la forma más madura que se me ocurre de sobrevivir a verlo por más de una hora sin discutir.

Al menos no está con Lauren porque según lo que me dijo Kat, salió para buscar a sus amigas que pidieron un taxi y se equivocaron de dirección. Y digo 'al menos' porque juro que no tengo paciencia como para verlos coquetear delante de mí. No la tengo.

—Deja de fingir que no me escuchas —me dice—. Necesito explicaciones.

—No las mereces porque eres una insoportable y me estás aburriendo, pero bueno, bueno. —Cierro uno de mis ojos y hago una mueca, pensando qué decir—. A ver. Si te corté fue porque ya se había ido y no tenía nada que contar —respondo. Con una servilleta me limpio el brillo labial antes de seguir bebiendo, acomodándome en el asiento junto a Kat que ahora juega con el cuello de mi chaqueta de cuero.

— ¿Nada interesante?

—Sólo la maquillé. No pasó nada entre nosotras y sigue viva por si te preocupa que la haya atacado —me adelanto a los hechos porque no sería difícil para Kat imaginar cien escenarios donde soy una mala persona ahora que está borracha—. Se fue con Nicholas después. El muy imbécil la llamó para traerla y ella dijo que sí, ¿puedes creerlo? ¡Le dijo que sí sin importarle que yo estuviera ahí!

Aggh, qué estrés. Me quiero enterrar, en serio, ¿en qué momento se me ocurrió que invitarla a mi casa iba a ser útil para mi plan? Se que no soy buena manejando mis impulsos cuando entro en pánico, pero en serio tengo que mejorar mis técnicas. Ni siquiera pude hablarle de Nicholas que fue para lo que la llamé porque la muy odiosa se interesó en saber por qué estaba sola y cuando hizo preguntas, me sentí mal utilizándola.

Con mentirle acerca de jurar llamarla sólo para conocerla me bastó para sentirme como una basura. Y ahora estoy aquí confundida porque no me gustó que se fuera con Nicholas. No me gustó nada.

— ¿Cuál es el problema con que le diga que sí? Sabías perfectamente que tendrían una cita, Camila.

—Pero la idea era que se arrepintiera al verme. —Escucharme hace que se incorpore y me mire con suspicacia. Ruedo los ojos al verla—. ¿Qué?

— ¿Cómo ibas a hacer que se arrepintiera?

—No sé qué te estarás imaginando, pero no era nada malo así que no me mires así. Sólo quería que él quedara libre. —señalo a Nicholas con una inclinación de cabeza. Escucho su risa a mis espaldas, no muy lejos de donde me encuentro, y es suficiente para enojarme más—. Ahora tengo que resignarme a ver su estúpido nido de amor ¡y yo no merezco eso! Suena como tortura para mí.

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora