El arte de la tentación [En edición]

CAPÍTULO 4.

Capítulo 4.

Tentaciones.

KAELA.

Camino hacia la salida de la casa, cuando llego al gran portón me encuentro con el de seguridad y lo saludo. Me quedo un momento parada en la salida para pedir un Uber.

En mi espalda escucho pisadas, me pongo alerta y volteo la cabeza sobre mi hombro.

-¡Kaela!

Frunzo el ceño.

Me doy vuelta del todo y quedo frente a Friedrich quien viene corriendo hacia mi dirección.

-¿Qué sucede?

-¿Tienes quien te lleve a casa?-jadea.

Niego.

-No exactamente, estoy por pedir un uber.

-¿Quieres que te lleve?

Lo miro fijamente extrañada por su invitación.

-¿Estás seguro?

Asiente.

-Sí, lamentablemente a veces no es seguro que una chica viaje sola por la noche en un auto con un desconocido-hace una pausa-Sin demeritar el trabajo de otros, obviamente.

Aún extrañada, bajo mi vista al celular y cancelo la petición. Lo vuelvo a mirar y asiento mientras le regalo una sonrisa de agradecimiento.

-Esta bien, gracias.

Él asiente, nos dirigimos hacia donde está su auto estacionado y me pide que le indique la dirección de mi departamento.

Una vez adentro, nos encontramos los dos en un profundo silencio y ahora me cuestiono si esta fue una buena idea. Podría ser un maldito psicópata y secuestrarme, quien sabe.

Bueno, a veces puedo llegar a ser muy paranoica.

¿Fue una buena idea?

Aún estamos en silencio, pero este no es incómodo. Más bien es relajante y tranquilo. Lo único que se escucha es la suave música que colocó Friedrich cuando subimos al auto.

Recuerdo el comportamiento estupido de Isaac y siento que le debo una disculpa. Trato de acomodarme en el asiento y recuesto mi cabeza sobre el cabezal.

-Oye...-capto su atencion- quería pedirte disculpas por el comportamiento de isaac esta noche, a veces suele ser algo idiota pero es buena persona.

-No debes pedir disculpas en nombre de otras personas— dice—. En todo caso él debería pedirmelas a mí, pero tranquila, no necesito sus disculpas.

-Si, bueno, de todos modos, creo que igualmente debo disculparme.

Él niega.

-¿Siempre es así de irritante tu novio?

-¿Disculpa?

Respira hondo y no responde.

Lo miro con los ojos entre cerrados. Olvido todo lo anterior cuando repaso con mi vista el cuerpo que se encuentra a mi lado. Alto, esbelto, bonito perfil y... Despejó mi mente antes de que mi cerebro piense cosas inapropiadas.