El arte de la tentación [En edición]

CAPÍTULO 41.

Capítulo 41.

Lágrimas. 

ADVERTENCIA: ABUSO SEXUAL.

Lee bajo tu propio riesgo.

KAELA.

Me siento mal.

Pero creo que exagero.

He estado mal muchas veces.

Como cuando nuestro padre nos envió a otro país para evitar ver que lo maten —Si es que algún día llega a suceder—

O como cuando sufrí acoso por mi físico y el tamaño de mis pechos.

Me he enfermado por comer comidas en exceso que no tenía que ingerir, debido al impulso de querer engordar por los traumas que me generaban las personas por ser delgada.

Nunca tuve amigos. A excepción de Isaac.

He visto gente morir.

Fui a terapia para ayudar a que mi mente no caiga en un pozo depresivo.

Y funcionó.

Después de casi dos años, pude renacer de las cenizas. Como una mariposa en su metamorfosis. Todo fue a ir mucho mejor. Comencé a relacionarme con las personas sin miedo a lo que dirán, pude sobresalir en mis estudios, gané amor propio y me enamoré, o eso creí.

Quizás pueda ser poco, pero fue un gran logro para una chica de dieciocho años.

Sin embargo, todo ese dolor que sentí hace cuatro años, lo siento ahora.

¿Pero cómo?

Todo eso lo sentí debido a años y años acumulados de traumas.

Hoy lo siento porque alguien por lo cual no quiero saber el motivo, publicó fotos de mis tetas en redes sociales.

¿Es comparable el dolor?

Me siento humillada, expuesta y profanada.

Me siento tal cual me sentí años atrás.

Pero esto me lo cause yo sola, ¿cierto?

Yo le envié esas fotos a otro hombre.

Yo le fui infiel a mi novio.

Yo fui la zorra que se lo busco.

Yo no soy ninguna víctima, ¿verdad?

Pero entonces, ¿por qué me siento así?

Hoy fui a la universidad después de unos días. Nadie me dijo nada, pero pude sentir como me señalaban y me miraban de otra manera.

Supongo que estoy pagando una especie de karma.

Aunque, tal vez, el hecho de que todo el mundo haya visto fotos de tus tetas no sea tan malo. Es decir, hay gente que lo hace por dinero en aplicaciones especiales.

¿Que podría hacer un par de tetas gratis?

Nada.

Eso es lo que trato de decirme hace días, sin embargo, no funciona. Sigo sintiéndome terriblemente. El estrés y el agotamiento mental me están consumiendo. Y para el colmo, desde que se subieron esas fotos, estoy ignorando a mi familia. Me bombardean con mensajes a toda hora. Pero no tengo ánimos de responderles. Estoy muy avergonzada.