CAPÍTULO 57.

5.8K 422 78
                                    

Capítulo 57.

Esposame.

KAELA.

¿En este preciso momento?

Estoy amando mi vida.

Volví a hacerme estudios de rutina y todos me salieron totalmente sanos.

El estrés casi se ha ido, pero ha dejado rastros.

Antonia me felicita en cada sesión por todos mis avances.

Y por otro lado ¡Friedrich y yo llevamos un mes juntos!

Todo va perfecto.

Hace unos días organizamos una cena familiar donde asistieron todos —Excepto los padres de Luca porque según Friedrich, los tres volvieron a Alemania con su abuelo— hasta Edik —que volvió de su pequeño viaje de Alemania— y Lou. Ese día nos presentamos oficialmente como novios. Nuestros padres —Excluyendo mi madre, la suya y mi abuela, lo cual me sorprendió esta última— Nos observaron desconcertados y hasta creyeron que era una broma —El mio mas o menos—, pero su padre y su tío solo se reian hasta que se dieron que íbamos en serio.

A mi padre casi le causa un infarto hasta que logró disimular la conmoción. Después estaba mi hermano que no dejaba de mirar a Fried con los ojos entrecerrados y una expresión asesina, poco después logró alivianarla forzadamente.

Poco después nos felicitaron —Excepto mi padre que aún estaba procesando el hecho de quien era su nuevo yerno— y la cena transcurrió normal como siempre. Pasamos de noticia al olvido horas después. Gracias a Dios, lo último que queríamos era más atención.

Lo poco que va de nuestra relación finalmente formalizada, transcurre muy bien. Es como si nada hubiera cambiado, seguimos teniendo la misma rutina de antes. Él pasa la noche en mi casa, se queda conmigo para desayunar y luego se va a la galería o me lleva con él.

Después volvemos a mi apartamento y repetimos la rutina.

A veces es gracioso porque parece que nos convertimos en un anticuado matrimonio.

Otra cosa es que ordenando mi casa, él descubrió mis lienzos con su cara. No sé si fue vergonzoso o emocionante. Pero ahí estaba él ocultando una sonrisa mientras sus ojos brillaban al observar diez lienzos distintos con su rostro plasmado.

Poco después me confesó que él tenía exactamente los mismos cuadros, pero con mi cara. Le rogué que me los mostrara y cuando los hizo me puse muy emocional y excitada. Había muchísimos y cada uno representaba algo distinto. Según él, había uno que plasmaba mi belleza y otro en el que me encontraba desnuda, donde representaba mi sensualidad y erotismo. Otro llorando, riendo y pintando. Había muchas copias y uno era más hermoso que otro. Fue como ver una línea de tiempo de mi vida durante todos estos meses. Son maravillosos. Y él es tan talentoso que no puedo creer que antes lo admiraba sin siquiera conocerlo. Ahora lo tengo para que me pinte todos los días —En un lienzo o en mi piel— cuando estamos inspirados, lo cual ocurre a toda hora.

Las galerías están funcionando correctamente y no hay nadie que intente sabotear nada. Con la magnífica mente astuta de Edik, nada se escapa.

En fin, nuestra vida no es perfecta porque tenemos daños que aún estamos reparando, —en especial yo—, sin embargo, todo se volvió como debería ser.

Lo maravilloso es que he vuelto a relacionarme con otras personas fuera de mi circulo. 

Es un gran paso que me hace sentir orgullosa de mi misma.


***

—Sabes... estaba pensando...— Comienza Friedrich acomodándose boca arriba sobre la cama— podríamos ir a Alemania el siguiente año.

El arte de la tentación [En edición]Where stories live. Discover now