El arte de la tentación [En edición]

CAPÍTULO 9.

Capítulo 9.

Alemana.

KAELA.

-¿Siempre es así de amargado Friedrich Schuhmacher?-pregunta Lana quien está sentada junto a mi y Lou.

Hoy es un nuevo día y nos toca clase con Friedrich. Quien no dejo de mirar.

La noche de ayer no deja de pasar por mi mente.

Y el dia anterior tampoco.

Aún me estoy replanteando el porque acepte ir esta tarde a la galeria.

Miro a Lana y me encojo de hombros.

-Debe serlo.

Sigo observándolo y me pierdo en su figura y la forma en que se expresa, su habla es tan fluida. Su porte es perfecto. Paso mis ojos a su atuendo neutro. Se viste bien.

Mientras habla quedo embobada en él y el tema que está explicando. Es demasiado sabio con tan solo veintitrés años.

Su cerebro me atrae.

Lou me codea.

-Oyes... disimula. Te lo estás comiendo con los ojos-susurra.

Friedrich cruza la mirada conmigo y no la aparta. Pasan los segundos y la sigue manteniendo fija en la mía mientras explica.

El me mira serio, pero se que no lo hace adrede. Mantiene su profesionalismo.

¿Ya dije que su cerebro me atrae?

Friedrich me mira como me miró ayer o como el dia anterior. De una manera inexplicable.

De reojo veo que Lana lo ve con ojos soñadores.

Hago una mueca.

Cuando Friedrich da por terminada la clase, todos se levantan de sus asientos y comienzan a guardar sus pertenencias.

Yo estoy colocando mi bolso en mi hombro cuando escucho que una voz masculina dice mi apellido. Miro a mi alrededor y la única persona que está en el salón aparte de él es Lou.

O eso creí hasta que veo a Lana acercándose hacia nuestro fabuloso profesor.

Básicamente repetimos la misma situación de hace dos días, ruedo los ojos.

Lana le conversa a Friedrich, pero este solo tiene su atención en mi.

Decido con Lou acercarme hacia ellos sigilosamente.

-Hey ¿Interrumpo?

Lana pasa su vista de Friedrich hacia mí y hace un gesto irritante.

Friedrich niega.

-En realidad, sí-dice Lana rápidamente.

-No-ahora objeta Friedrich-. Cavalcanti, la llame ya que debemos discutir unos asuntos - dice y posa sus ojos en Lana-. Será en otro momento, señorita...