CAPÍTULO 56.

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Capítulo 56.

Mia, tuyo.

FRIEDRICH.

Mi vida acaba de dar un giro de 180°, algo que no planee que pasara, pero que sin duda era inevitable.

A toda hora pienso en lo estupido que he sido durante meses, ¿cómo iba a ignorar por tanto tiempo lo que sentía por Kaela si estaba totalmente claro que estoy jodidamente perdido por ella?

Aun pienso, ¿qué es lo que me obligó a reprimir lo que sentía?

Porque si, estaba claro que había algo.

Pero no sabia como expresarlo, porque de la única manera en la que supe manejar mis emociones fue pintando. Plasmaba todo aquello que sentía; Dolor, furia, tristeza, angustia, soledad. Todo sentimiento que recorría y albergaba mi cuerpo.

Y debo admitir que los últimos cuadros que he pintado durante este tiempo llevan la cara de Kaela con algún detalle en especial, que si ahora los veo, puedo confirmar que inconscientemente estaba plasmando mis sentimientos por ella en lienzos cubiertos de pinturas de todos los tonos azules existentes.

¿Por qué se me hacía tan difícil expresarlo con palabras?

Cuando me encuentro cara a cara con otra persona, todo lo que siento se nubla, mutea mi voz. Lo más común que utiliza uno para poder expresarse.

He rechazado de muy mala manera a muchas personas porque no sabía cómo manejarlo con tranquilidad.

Un ejemplo claro fue con Erika en la galería de Australia cuando me dijo que gustaba de mi — Lo cual ya no sé si es real, lo dudo, sin embargo ese momento si fue real— y no sabía cómo rechazarla sin parecer un bruto.

Termine recomendándole un psicólogo.

Lo que ahora quizás necesite uno (pero no viene al caso)

Cuestión que abrirme a las otras personas siempre se me dificulta. Apenas podía decirle te amo a mi madre y ni siquiera parecía natural, pero mejoró con el tiempo.

Así que por supuesto que Kaela no iba a ser la excepción por mucho que ella me hiciera sentir.

Recuerdo hace dos días cuando me gritó muy enojada que estaba malditamente enamorada de mi como si no lo pudiera creer y eso la frustraba demasiado.

A mi también.

Allí mis sentidos se congelaron y me obligaron a actuar como un idiota sin emociones.

Por poco sufría un cortocircuito.

En ese momento me di cuenta de que lo arruine.

También Edik que la cago revelando lo de los pasajes y etcétera y etcétera y etcétera.

Después tuvo el tupé de abofetearme. Pero al menos fue con un fin.

Aun no sé que hubiera hecho si él no me gritaba todas esas cosas.

Lo más probable es que no estaríamos justo aquí en este momento.

También tuve la suerte de que ella me escuchara.

No sé que sería de nosotros en este preciso momento si no lo hubiera hecho.

Y sería una lástima.

Porque este corto viaje es lo mejor que me acaba de pasar en un largo tiempo.

Se me ocurrió durante el día de su cumpleaños.

Sabía por todo lo que ella había pasado y necesitaba despejarnos de todas esas emociones confusas que fueron extinguidas.

El arte de la tentación [En edición]Where stories live. Discover now