CAPÍTULO 18.

11.5K 552 138
                                    


Capitulo 18.

famiglia

KAELA.

Estoy sobre las piernas de Friedrich, sintiendo su erección en mi trasero, mientras sus manos están apretando mis caderas.

También lo estoy besando. No me pregunten por qué, ni que me llevó a elegir esto. Solo sé que cuando lo tengo enfrente me vuelvo vulnerable y cometo acciones que jamás en mi vida había cometido o que llegué a pensar que las haría.

Friedrich no deja de besarme, y yo no dejo de moverme sobre él para sentir mucho más su dureza contra mí. Mientras nos besamos yo dejo mis manos en su cuello, como si fuera ahorcarlo.

Él desliza una mano hacia mí espalda y la mete dentro de la remera para tocar mi piel desnuda. Nos dejamos de besar por un segundo para que me quite la remera y quede expuesta para él, provocando que mis pechos y pezones erectos rocen su camisa.

Me mira por un momento y procede a besar y succionar mi pecho. Cosa que es probable que deje hematomas por todas partes. Y eso está mal, pero en estos momentos no me importa. Tiro mi cabeza hacia atrás, disfrutando de sus secciones y me sigo moviendo sobre él mientras deja besos por todo mi pecho. Al fondo escucho algo sonar, pero lo ignoro. Vuelvo a besarlo con más firmeza, clamando sus labios con mucha más pasión. Estiro un poco una de mis manos y comienzo a enredar sus hebras oscuras entre mis dedos.

Sus labios me vuelven adicta. 

Comienzo a desabrocharle cada botón de su camisa y se la abro. Ahora dejo de besarlo para admirar su pecho desnudo y los tatuajes que yacen allí. Inconscientemente, paso mi mano por su pecho duro admirando la tinta marcada en su piel.

Se escucha otra vez lo mismo sonar, dejo de admirar su pecho para verlo a los ojos, él me da una mirada cargada de lascivia.

Nos quedamos en silencio un momento sin hacer nada, entrando en una hipnosis por mirar durante mucho tiempo el azul de sus ojos, hasta que nuevamente se escucha algo sonar, vuelvo a la realidad cuando comprendo que lo que se supone que está sonando es una canción que proviene de un celular que curiosamente es mío.

Estiro mi mano hacia la mesita ratona para recogerlo, cuando lo miro, noto que Massimiliano ha estado llamándome y ahora también lo hace. Miro a Friedrich, dándole una mirada cargada de disculpas, él me hace un gesto despreocupado y vuelve a besarme el cuello cuando respondo.

—¿Qué sucede, Massi?—pregunto intentando contener mi voz.

—¿Dónde estás?

—Yo... mhmm...

—Esta bien, no me digas. Te llamo para decirte que nuestro padre está llegando a Australia. 

—¿Como que mi padre está llegando?

Friedrich comienza a hacer ruidos más notorios cuando su boca hace contacto con mi piel.

—No hagas tanto ruido—le susurro para él. 

—Si, Kaela—vuelve a hablar Massi—, él está llegando a Australia y tienes que venir a casa, ya sabes como es nuestro padre cuando no estamos para él. 

Distraídamente acaricio el pelo de la nuca de Friedrich. Ahora mismo no tengo cabeza para pensar en mi familia.

—Esta bien—digo—, iré para allá. 

—¿Quieres que te vaya a buscar?

—¡No!... digo.. no, no. Estoy bien, llego en un rato.

Corto sin esperar respuesta. Dejo el celular por ahí, llevo mi frente hacia la de Friedrich y cierro los ojos.

El arte de la tentación [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora