CAPÍTULO 47.

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Capítulo 47.

A la defensiva.


KAELA.


El viaje de vuelta fue sumamente silencioso.

Básicamente muy desgarrador, ya que no tenia nada con que distraerme, entonces mi cabeza hurgaba en los peores pensamientos sacándolos a flote, recordándome porque me encuentro tan miserable últimamente.

Y para mí desgracia, Friedrich no emitió ni un solo sonido, lo cual me puso aun más nerviosa de lo que estaba, porque necesitaba que me hablara de cualquier cosa, solo quería distraerme, pero fue lo contrario.

Estuve reflexionando y considerando todo lo que debo hacer para normalizar mi organismo.

Es una mierda total.

Cuando llegue a casa, lo único que hice fue acostarme. Intenté dormir, pero claramente no pude. No es ninguna sorpresa de todos modos.

Friedrich se quedo y paso la noche conmigo. Lo curioso fue que note que él, al igual que yo, no pego un ojo en toda la noche. No lo demostró, pero lo vi de todos modos.

En la mañana él espero a que llegara Ludovica, cuando llego, se despidió y se fue a quien sabe a donde. Viéndose asombrosamente bien, sin ninguna ojera, no como yo, que las mías son cada vez más oscuras.

Le conté brevemente a Ludovica sobre mi diagnostico y por poco pierde los estribos.

Desde que lo hice, se la pasa encima mío, al punto de agobiarme un poco. Aprecio que este preocupada por mi, pero me desespera en ocasiones.

Sé que solo lo hace por mi bien.

Pero no lo sé, no se siente bien.

Pasan los días y yo aun no siento ningún cambio. He hecho meditación, me aleje un poco de mis estudios, empecé el gimnasio y de vez en cuando hago yoga.

Sin embargo, esa pesadez mental sigue latiendo potentemente por todo mi organismo.

Me la paso la mayor parte del tiempo pensando en todo lo que me daña, llegando hasta el punto de deprimirme y romperme un poco.

Lo bueno es que no he llorado desde la última vez.

Al menos, guardarme las lágrimas es lo único que puedo hacer bien.

Lo negativo de todo esto es que no puedo pintar. No me sale. Me siento frente a un lienzo he intento plasmar ideas, pero no obtengo resultados. Lo cual me frustra, ya que estuve pasando por lo mismo, hasta que encontré una inspiración y salí de ese pozo. Ahora volví a lo mismo.

Llegue a la conclusión de que quizás no soy tan buena como creía.

Siento que nado en un tormentoso lago de pintura ahogándome debido a la densidad de la misma.

Me encuentro perdida.

La pintura lo es todo para mi, pero si no puedo pintar nada, ¿en que se convierte todo esto?

Fracaso.

Quizá esa sea la palabra correcta.

Ayer rompí dos lienzo en un ataque de histeria.

Jah, esos tipos con los que tomo clases de meditaciones en youtube estarían revolcándose en hiedra venenosa al ver que sus videos no dan resultados.

Me siento al borde de la cornisa todo el tiempo.

El arte de la tentación [En edición]Where stories live. Discover now