CAPÍTULO 53.

8.2K 627 365
                                    


Capítulo 53.

Eres esa dosis.

FRIEDRICH.

—¡Eres un maldito idiota!— Me empuja.

Agacho la cabeza. Si, lo soy.

—Deja de cegarte y ten los huevos para admitir lo que sientes de una vez.

Gruño.

—Edik, deja de gritar un poco. — Tironeo los largos mechones de mi cabello.

No deja de gritarme desde que Kaela abandonó el edificio. Y aunque me queje, lo merezco.

—¡¿Por qué actúas como si nada te importara?!

Lo miro entrecerrando los ojos.

—¡Pero si me importa!

—¡¿Y POR QUÉ...

—¡Oye, no me gri...!— No me deja terminar ya que me empuja contra la pared y hace puños mi camisa. Intento resistirme, pero me lo impide ejerciendo aún más fuerza.

—DÉJAME TERMINAR—grita—Si tanto te importa ¡¿POR QUÉ MIERDA NO SE LO DEMUESTRAS?!—su cara está demasiado cerca de la mía— ¡¿POR QUÉ SIEMPRE ERES TAN ESTUPIDO CUANDO SE TRATA DE ELLA?!

No tengo idea. Hoy cuando me confeso eso, casi me cago en mis pantalones.

—¡No sé cómo manejar la situación!

Le he comentado las reiteradas veces en las que no quise admitir que ella sentía algo más por mí.

Su respuesta siempre fue la misma: Que soy un idiota por no dar el gran paso.

El problema es que nunca supe como.

Fue espontáneo el querer ayudarla durante sus momentos más difíciles. Pero eso fue de parte de alguien que aprecia a otro alguien.

De parte de alguien que se preocupa por ella.

¿Cómo se reacciona cuando la mejor chica que puede existir y que ha puesto sus ojos en ti te confiesa que está enamorada?

—Por favor—bufa—, te creía más inteligente. — Edik sigue.

—¡Pero dime!, ¡que puedo hacer si ella me suelta que tiene sentimientos hacia mi cuando estaba considerando volverme a mi hogar!

Gruñe.

Bueno, mi punto suena muy injustificable, pero es real.

Ese es mi problema con las personas, no importa quién esté del otro lado.

—¿Sabes? Aunque no lo creas, eres demasiado egoísta. No importa que haya sucedido en tu pasado para haber tomado esa decisión de dejar todo atrás hace casi cuatro años, nada justifica tu egoísmo justo ahora.

—No estoy siendo egoísta.

—Si, si lo estas siendo, dime ¿para que le diste falsas esperanzas si total te ibas a ir?

—No le di falsas esperanzas.

—Si, lo hiciste. — Vuelve a decir con determinación haciendo que mi cerebro quiera explotar.

—¡Que no!, ambos sabíamos que yo me tenía que ir. Además que habíamos estipulado como iba a ser nuestra relación— intento justificarme pero suena como la mierda y hasta me duele decir eso.

—¿Y qué? Mientras tanto te la follabas con la excusa de que pronto te ibas a ir, quedándote seis meses, ¿te crees que no iba a sentir algo por ti?—me grita—, ¿te crees que las malditas acciones que tenias hacia ella no la iban a confundir?, ¿el hecho de correr hacia ella cuando te necesitaba? Friedrich, ¡estabas a punto de hacerte cargo de un hijo inexistente de ustedes dos! ¿Entiendes el nivel de responsabilidad?

El arte de la tentación [En edición]Where stories live. Discover now