CAPÍTULO 63.

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Capítulo 63.

Finalmente paz.

FRIEDRICH.

Cuando me enteré que mi madre casi muere envenenada, mi mundo comenzó a dar vueltas. Yo solo iba a contarle a mis suegros que había algo extraño con su hija. Y cuando escuche el relato de Massimiliano, todo comenzó a encajar.

Y allí mismo confirme mi gran miedo. Entonces mi mundo se desplomó.

Tenía a mi madre luchando por su vida y a mi novia secuestrada en no sé donde durante días y yo recién me enteraba todo.

Por un momento no sabia que hacer.

Me aseguré de que mi madre estuviera bien y comencé a contarle a Francesco lo más calmado posible mis sospechas sobre el posible secuestro de mi novia.

De inmediato para ellos, todo comenzó a encajar.

El viaje de Kaela y el veneno.

Sabíamos que estaba todo relacionado, ¿pero quién podría haber sido?

La única persona que venía a mi mente era Isaac.

Él se encargó de atormentarme desde las sombras. Hasta logró inquietar a Kaela, lo cual era alertante teniendo en cuenta que ella juraba que jamás le haría algún tipo de daño.

Por fortuna, cuando le explique todo a Francesco no dudo ni un segundo de mi. Pero, ¿como íbamos a proceder? Intente comunicarme on Ludovica y no obtuve respuesta. No tenemos idea si ella estuvo dispuesta a traicionar a su mejor amiga o algo muy malo le ha pasado.

No tenemos idea dónde mierda la tienen.

—¡¿Dónde está mi hija?!— repite Francesco por décima vez desde que nos enteramos. Su escritorio está revuelto y las sillas de su alrededor se encuentran todas en el suelo.

El hombre acaba de entrar en quicio y yo lo acompaño. Ni hablar de Massimiliano. Tampoco hace falta mencionar a su madre y hermana.

—¡No entiendo como mierda pudiste dejarla sola!— me enfrenta Massimiliano y aunque odio dejarme pisotear, ni siquiera tengo ganas de defenderme, la vida Kaela puede estar en un grave peligro. Me merezco cualquier castigo que me quieran imponer.

—Soy un idiota....— susurro muchas veces, tapandome el rostro con ambas manos intentando calmar mi frustración. Me he preguntado eso durante todas estas horas.

Mi cabeza se encuentra tan descompaginada que ni siquiera pude atreverme a ir a ver a mi madre. Afortunadamente ella está bien y Mark y Edgard no tienen problema en que esté en busca de mi novia, al contrario, están dispuestos a ofrecerme ayuda militar.

Me siento tan mierda.

—¡Lo eres! Solo tenias que hacer una maldita cosa y era cuidar ¿como podías dejarla ir sola a un lugar después de todo lo que había sucedido?

No dejo de preguntarme lo mismo. Yo solo quise acatar su petición de dejarla explorar sola por su cuenta, no desarrollar una dependencia entre ambos. Quizás si no le hacía caso...

—¡Te juro que si a mi hermana le llega a pasar algo, tú serás el siguiente en morir!— Me empuja.

—¡Yo también lo haré! ¿Pero puedes calmarte? Mi hija puede estar muerta ahora mismo y tú solo piensas en querer Matar en vez de buscar su paradero y matar a quienes tuvieron la desgracia de tocarla. — Francesco se expresa pasivamente, pero en el tono de su voz no hay nada pasivo. Nada.

El arte de la tentación [En edición]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ