CAPÍTULO 30.

8.5K 444 160
                                    


Capítulo 30.

Sucesos futuros.

KAELA.

Finalmente llegó la tarde y estamos nosotros dos juntos sentados en el mostrador de la heladería, cumpliendo con la salida que pacté. En estos momentos, cualquiera podría pensar que estamos teniendo una cita.

¿Y sabes qué?

Inconscientemente tal vez la estamos teniendo.

No.

Hago a un lado ese pensamiento perturbador que acabo de tener.

Siento la necesidad de hablar algunas cosas con Friedrich, pero no sé con exactitud porque siento ese impulso de querer hacerlo ya.

Debo calmarme un poco, esto es muy... ash, no tengo idea de que es. Últimamente siento muchas ganas de morder una almohada y gritar mientras la aprieto con mis dientes.

Para variar, Friedrich se encuentra a mi lado y de a ratos le lanzó miradas con cautela, aunque él se percata de ellas.

—¿Ahora me vas a decir que hacemos aquí comiendo helado?— la voz de Friedrich suena a mi alrededor.

Lo miro y tiene casi lleno su pote de helado, que por cierto, él pidió de chocolate ya que es su favorito.

—¿Qué pasa?¿Acaso no te gusta el helado?— frunzo mis labios haciendo la desentendida.

—Claro que sí, pero tú no me citaste aquí solo por el helado ¿Me equivoco?

Me mira fijo y yo evito que mis ojos se centren en los suyos.

—Me sorprendió que hayas aceptado venir— comento.

—¿Por qué te sorprendería eso?— pregunta extrañado.

—Creí que correrías.

—¿Correr?¿Qué te hace pensar eso?

—Pues, hace días que no nos comunicamos. Supuse que no querías involucrarte con alguien como yo.

—¿Con alguien como tú?— suelta una risa ronca y sarcástica—¿Acaso ahora eres comediante?

Me encojo de hombros y juego con mis manos mientras pienso mis palabras.

—¿Te quedarás por mucho más tiempo aquí en Australia?— cambio de tema.

Se me hace necesario saber eso.

—No tengo una fecha definida aún, de hecho el mes que viene Edik organizará una fiesta de disfraces en la galería para recaudar fondos para una beneficencia y bueno, debo asistir ¿Tú vendrás?

Oh, Edik tiene un gran corazón, me derrito ante él.

—No estaba enterada, pero cuenten conmigo.

Él medio sonríe y asiente.

—Ahora dime porque creías que yo no me involucraría con una persona como tú, que... además no entiendo ¿Qué tipo de persona hablas, según tú?

—Estem... es decir, no persona, sino mira mi familia, la tuya, dos cosas totalmente opuestas.

Friedrich me mira como si estuviera comprendiendo mis palabras.

—Kaela, por favor, no seas ridícula, ya te dije que no me interesa eso.

—Si, pero...

—Kaela, escucha, yo ya no estoy metido en eso, a mi familia poco la veo y mi casa se encuentra en otro país ¿Tú crees que a mi me importaría eso? Ya lo dije él otro día, yo disfruto pasar tiempo contigo.

El arte de la tentación [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora