CAPÍTULO 60.

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Capítulo 60.

Tres dias después.

OMNISCIENTE

"Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo"

Lo leí una vez en la biblia y me hizo reflexionar.

Según alega, una vez que el deseo es concebido, da luz al pecado. Es inevitable que al caer en el deseo y la tentación, no obtengamos como fruto el pecado. Y que el pecado no traiga consigo consecuencias.

Este por lo general viene relacionado ante las inmorales sexuales. Las cuales, en muchos de los casos, se obtienen consecuencias terribles.

"De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, y justamente como si estuviera en grilletes para la disciplina de un tonto, hasta que una flecha le abre el hígado, tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa; y él no ha sabido que en ello está envuelta su misma alma -Colosenses 3:5"

Tal y como el caso de Kaela y Friedrich.

Ambos se tentaron y pecaron mutuamente.

Ellos se encuentran felices mientras mantienen su unión.

Pero todas las consecuencias que debieron atravesar durante el proceso de esa unión fueron terribles.

Y las siguen siendo.

Pero en fin, volviendo a lo que realmente importa.

Hoy fue un día absolutamente imprevisible en cuanto a todo lo que había ocurrido en las familias.

¿Por dónde empiezo?

Comenzamos detallando el primer acto:

En una cafetería bastante sutil de Australia, la señora Schuhmacher y el mayor de los hermanos Cavalcanti sorpresivamente se encontraban tomando un café a la vista de todos.

Ni siquiera el supremo puede comprender aún el porqué de este tan perplejo encuentro.

Mientras se mantenian en silencio observándose el uno al otro, esperaron a que les trajeran los cafés que habían ordenado.

Por fortuna, estos no tardaron en llegar.

—¿Y bien?—preguntó la señora Schuhmacher dando un sorbo de su café y el joven Cavalcanti comenzó a explicarle el porqué de citarla allí. Sienna escuchó atentamente cada detalle que él le confiaba.

Todo fue normal hasta que Massimiliano comenzó a percibir algo extraño, sus alertas se dispararon e hizo su café a un lado. Sienna lo miró extrañada, sin entender lo que sucedía cuando Massi dejó de explicarle su situación.

¿Era su imaginación o había olor a almendras?

Él conocia ese aroma a la perfección y nunca traia nada bueno.

«Debe ser algún café extraño que toma le gente patética» Pensó.

«Debía dejar de ser tan paranoico» se dijo internamente.

Ahuyentó sus alertas y siguió con lo que estaba.

Sienna por otro lado no dejaba de saborear ese delicioso café que estaba tomando, daba pequeños sorbos, le gustaba tomar con calma, esa bebida siempre fue una de sus favoritas. Escuchaba a Massimiliano con atención mientras le comentaba todo lo que necesitaba saber teniendo en cuenta todo el proceso si aquello lograra ser real.

Sería terrible si fuera así.

Sienna se caracterizaba por ser una de las mejores médicos del país, había logrado muchísimo méritos desde el primer día que comenzó a ejercer. Podía solucionar lo que fuera. A lo largo de sus años se topó con muchos casos, con los que más de la mitad de ellos pudo encontrar una solución, con la minoría falló, pero eso no la detuvo, y siguió creciendo, siguió esforzándose para ser quien hoy es.

El arte de la tentación [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora