CAPÍTULO 12.

12.2K 716 234
                                    

Capítulo 12.

Nervios.

KAELA.

Hoy es domingo.

Lo que significa que Isaac se va a Italia.

Ahora mismo lo estoy acompañando hacia donde se encuentra su jet, para poder viajar.

Isaac debe cumplir unos deberes similares a los de mi hermano. Antes, su madre vivía aquí en Australia, pero hace unos meses decidió irse a Italia de nuevo con su familia. Cosa que está bien, ella no corre riesgo. Isaac decidió quedarse conmigo, pero ahora viaja más seguido a Italia, por lo que estos tipos de viajes son recurrentes.

-Ya casi llegamos-digo mientras conduzco.

Decidí conducir yo en mi auto hasta donde se encuentra el jet, para despedirme de Isaac. Me hubiera gustado que sea a solas, pero Massimiliano insistió en acompañarnos.

Así que ahora somos tres dentro de un auto.

Isaac apoya una mano en mi muslo, lo miro y me guiña un ojo. Yo le sonrió.

De fondo se escucha a Massi bufar.

-No toquetees a mi hermana frente a mi.

Ruedo mis ojos tras escucharlo.

-Jodete, Massimiliano.

Mi hermano murmura algo que no logro oir.

Suspiro. Me concentro en manejar. Llegamos al destino y los tres bajamos, Isaac lo hace con sus maletas.

-¿Aún no sabes por cuánto tiempo?

Por lo general, lo mínimo que se va es un mes, más no.

-Todavía no lo tengo claro-se limita a decir.

Massi lo ve, le da una mirada que conozco bien. Se podría decir que lo está analizando.

¿No cree en sus palabras?

Ignoro a Massi y me acerco a Isaac para abrazarlo. Seguido le doy un beso en los labios y vuelvo a abrazarlo.

-Te voy a extrañar-me dice.

-Yo igual, cariño.

Susurra unas últimas palabras que me incomodan repetir. Luego se separa y se dirige junto con sus maletas hacia el Jet.

Cuando finalmente sube, yo me dirijo al estacionamiento con Massi. Ambos en silencio, no es necesario el habla.

***

Pasa la semana y hablo poco con Isaac, debido a la diferencia horaria y al poco tiempo que le brindan allí. Cuando él se encuentra en algún viaje, nos comunicamos muy poco. Es como si nosotros no existiéramos.

No me quejo, ya estoy acostumbrada y, supongo que él también.

Vivo lo mismo con padre y Massi.

Mientras tanto, intento pintar algo, nada fuera de lo convencional.

Esta vez quise pintar un paisaje, algo que suelo hacer. Y me enoja, ya que intento probar cosas nuevas e innovar, pero nada sale.

Cuando veo que el lienzo es igual a lo que suelo hacer, lo tomo entre mis manos y lo lanzo por los aire, arrastrando todo a su paso, quedando destruido.

Un fuerte sonido sale desde mi garganta provocando un fuerte escocés.

-¿Por qué mierda no me sale?¿Por qué?

No soy buena como creo, soy un fracaso.

Llevo mis manos a mi cara, y me dejo caer en el suelo. Tengo ganas de llorar, pero las lágrimas no recorren mis mejillas como deberían. Simplemente siento el recurrente nudo en mi garganta y el agua salada que brota por mi nariz.

El arte de la tentación [En edición]Where stories live. Discover now