Capitulo #3. ¡Seré una mascota!

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Mairena sentía dolor, también sentía su cuerpo de ardilla muy pesado, cosa rara debido a que sabía que su cuerpo era normalmente sumamente rápido y ágil, pero no se podía mover, conforme su conciencia regresaba poco a poco, recordó que estaba a punto de ser devorada por un halcón, y con un brinco abrió lo ojos.
“¿Dónde esta?, ¿Dónde esta ese bastardo volador?”

Pero curiosamente no estaba donde recordaba haberse desmayado, tampoco en ningún nido de ave, sino dentro una gran jaula en una habitación humana muy lujosa.

“¿?”

Allí Mairena recordó haber escuchado levemente unos pasos humanos cuando calló en una especie de jardín, “¿estoy en una habitación?, ¿Acaso ese humano me salvó?”, cuando pensaba eso noto que su esponjoso cuerpo de ardilla tenía vendajes en su estomago y una de sus patas, “Si definitivamente, ese humano me salvo”.

Cuando su cerebro comprobo que había sobrevivido, su cuerpo se desparramo, la tensión que tenía se fue, dejando solo sus pequeños chillidos que inconscientemente salían de su boca, “aaah, tenía tanto miedo, sobreviví, sobreviví”, justo cuando Mairena salía del shock por estar en una situación de muerte, sus sensibles orejas captaron pasos fuera de la habitación, y entonces un joven y un hombre entraron.

“Oh mire, le dije que la ardilla no tardaría mucho en despertar, por suerte la mayoría de las heridas fueron exteriores y no tuvo fracturas, mientras pueda descansar y recibir las curaciones se recuperara en un mes o poco más” dijo el hombre adulto que entro con un joven, y por lo que Mairena pudo entender, ese hombre era un veterinario para que pudiera dar un diagnostico así, de echo ella misma sabía que tuvo suerte, el halcón todavía no llegaba a alturas tan altas cuando la soltó y gracias a los arboles con los que choco, al estrellarse con el piso no se quebró nada.

“Si el es el veterinario entonces el otro debe ser la persona que me salvo ¿verdad?”, se dijo Mairena pero cuando poso su mirada en el joven de apariencia fría sintió que se le iba el aire por olvidar como respirar,

“OOOOOOOh, ¡LINDO!, ¡ATRACTIVO!, ¡NO, ES HERMOSO!”, como toda una fangirl de los hombres guapos, Mairena quedo asombrada por la apariencia del joven, ella nunca había estado tan cerca de un chico tan apuesto.

En eso el joven, como si hubiera notado la mirada de Mairena, volteo y con ojos fríos comenzó a mirarla.

“Espera, ¿acaso noto mi asombro?, ¡no espera!, ¡juro que no tenía sentimientos lujuriosos!, ¡lo prometo!” dijo Mairena, pero lamentablemente era una ardilla, por lo que los dos hombres solo escuchaban chillidos provenientes de ella.

“Si que es ruidoso”, dijo el chico, “jajaja, debe de estar asustada por el cambio de ambiente, por cierto, es una ardilla hembra de al menos casi tres meses de edad, si esta fuera del nido antes de poder ser independiente quiere decir que la madre murió o la pequeña ya no pudo regresar al nido” le dijo el veterinario a Derek.

“Además, debo advertirle que si esta pensando en quedársela, las ardillas son seres vivos inteligentes y adaptables, pero a diferencia de los perros no les gusta que los carguen y acaricien, pueden acostumbrarse a la presencia humana, pero no son tan recomendables como mascotas si no vienen de padres en cautiverio, también pueden ser un poco violentas pese a su apariencia y tienen garras filosas”, comenzó a explicar el veterinario a Derek, “no hay razón para que lo digas, pienso liberarla cuando este curada”, dijo Derek con indiferencia.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now