Capitulo #42. Aliados inesperados.

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Tal y como Ana había dicho, ese cuerpo en descomposición ya no podía considerarse ni una boa y ni tampoco un ser vivo.

El esqueleto del anterior animal se podía ver entre la carne desgarrada y la sangre coagulada y seca, los ojos eran dos cuencas vacías e incluso uno de los ojos de la boa estaba colgando por fuera, muchas escamas estaban dobladas y rotas, la cola del animal era puro esqueleto manchado con sangre negra, miraran por donde miraran, ese era un cadáver moviéndose.

"Demonios, ¿como se supone que matemos algo que ya esta muerto?", Cesar maldijo lleno de pánico.

•●•

Una hora antes de que el cielo se tornara rojo.....

La explosión de un coche provoco un fuerte sonido, el fuego y el olor a humo eran sumamente intensos, y en medio de esas circunstancias un hombre se encontraba parado tranquilamente mientras rostizaba en las llamas el cadáver de un caimán.

El caimán era apenas un infante, sin embargo, su tamaño ya era monstruoso.

"Genial, pasamos de la película de anaconda para llegar a la de cocodrilo", Antonio que se encontraba escondido junto a Cecilia entre unos escombros cercanos no pudo evitar pensar con amargura.

Ellos iban caminando con cuidado, prestaron tanta atención a aquella cosa que los seguía que no se dieron cuenta que los edificios por los que pasaban estaban más destruidos que antes, y que también, los animales mutados débiles no se encontraban por ninguna parte, como si ese lugar fuera uno de muerte segura.

Ingenuamente los dos caminaron directo al campo de batalla entre tres hombres que peleaban contra un aterrado caimán.

Los tres hombres no solo traían trajes de soldado, sino además, armas de fuego como lanzallamas o granadas, Antonio inmediatamente pensó en los hombres de seguridad pública que protegían el refugio de la ciudad, sin embargo, de todas maneras Antonio siguió abrazando a Cecilia mientras se escondían y guardaban silencio.

No era bueno confiar ciegamente en otros, ellos simplemente querían llegar al almacén sin problemas, Antonio desconocía la actitud de esos hombres hacia los extraños y no deseaba terminar involucrándose con más personas malas.

Se escondieron con temor mientras veían la feroz batalla, dos soldados peleaban contra el caimán destruyendo todo a su paso, y finalmente la pelea termino cuando el tercer hombre, el que parecía ser el líder, se unió a la lucha.

Antonio y Cecilia tenían pensado salir cuando los hombres se fueran, lamentablemente, las cosas no pasaron como tenían previsto.

"Salgan", la voz fría del líder se escucho claramente asustando a Antonio y a Cecilia.

Era obvio a quienes les estaba hablando.

Antonio debatía en si salir o permanecer escondidos, después de conocer mucha gente mala a pesar de que esos hombres tenían trajes de soldado Antonio no podía confiar plenamente en ellos, mucho menos cuando solo eran Cecilia y él.

"¿No me escucharon?, les dije que salgan", la voz del hombre volvió a sonar como una orden con un poco de impaciencia.

Uno de los soldados apunto su rifle hacia el lugar donde Antonio y Cecilia estaban escondidos, Antonio apretó los dientes y le susurro a Cecilia que se mantuviera oculta, Cecilia abrió los ojos con miedo y tapo su boca para no hacer ruido, finalmente Antonio se paro y salió del escondite con sus manos levantadas.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now