Capitulo #107. Primera verdad (1).

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Una brisa repentina sopló con fuerza levantando un poco de polvo y haciendo temblar superficialmente a un niño, el cuál terminó estornudando.

"Rubén si te sientes mal debes decirle a mamá o a la abuela Ana, recuerda que es malo enfermarnos", David recostado apoyado encima de Drakón habló a su hermano.

"No me siente mal, solo me picó la nariz", Rubén contestó a David frotándose la nariz con fuerza.

"Como apenas es el amanecer, hace más frío de lo que pensábamos, aún si no se sienten mal abríguense bien", Antonio que también estaba arriba de Drakón habló a los dos hermanos más Cecilia que de igual forma estaba allí.

"De acuerdo", Rubén y David contestaron al unísono, ambos comenzaron a cerrar bien sus chamarras y a ponerse bien los gorros.

Solo la pequeña Cecilia que ya estaba perfectamente abrigada desde antes gracias a la meticulosidad de César estaba parada con una expresión en blanco.

Los adultos estaban guardando todo y buscando suministros útiles, sólo ellos cuatro más Drakón esperaban afuera al lado de la camioneta, pronto partirían rumbo a la capital.

Esta vez el viaje no duraría mucho, dentro de unas horas, finalmente llegarían a su destino final.

Al mirar a lo lejos y respirar profundo, Antonio no pudo evitar sentirse un poco nostálgico y extraño, tantas cosas habían sucedido, y a pesar de que el viaje de supervivencia no duró más de tres meses, este se sintió muy largo.

Después de experimentar tantas nuevas experiencias, y conocer todo tipo de gente nueva y amigos, Antonio se dio cuenta que una vez que llegaran a la capital, ese viaje terminará, ¿Cómo serán las cosas?, ¿seguirán conviviendo y llevándose bien entre ellos?

Antonio suspiro negando con la cabeza, no era necesario preocuparse por eso, mientras siguieran con vida era suficiente.

"Niños, ya casi es hora, mientras tanto vayan acomodándose en sus lugares", Elena les habló a lo lejos.

Mientras Drakón suavemente dejaba recostados a David y Antonio en la camioneta, Regina llevaba a Emiliano cargado, él aun no despertaba, Cesar ya lo había inspeccionado por lo que Regina estaba tranquila, simplemente su cuerpo estaba tan cansado que estaba durmiendo de más.

"Rubén vete con Cecilia, ya no puedes ir con nosotros, el tío de Regina también está herido", David empujó a Rubén que ya iba a sentarse junto a ellos.

Rubén puso un rostro triste, su hermano desde la primera oportunidad ya lo estaba alejando, pero de todas maneras, su madre ya se lo había explicado antes, por lo que obedientemente dejó el lugar y se sentó a un lado de Cecilia.

"Cecilia vamos a... ¿Ceci?", Rubén que en un principio iba a invitar jugar a Cecelia con emoción, pronto extendió sus manos intentando llamar su atención con voz preocupada.

"Oh.. ¡ah!, perdón, todavía tengo mucho sueño... no dormí bien", reaccionando de su aturdimiento, Cecilia se rasco los ojos para después bostezar.

"¿Sucede algo?, no te ves bien... ", Rubén preguntó mirando la mirada cansada de Cecilia.

Cecilia frunció su expresión, ella medito por unos segundos para después mirar a Rubén, "Rubén, digamos que hay un tipo extraño, ¡¡muy pero muy malo!!, ¡siempre te dice cosas y te llama llorona!, bueno, y ese tipo feo te pide que lo presentes a tus amigos, ¿qué harías?".

"¿Qué haría?", Rubén lo pensó un poco para después responder, "Creo que no lo presentaría, quiero decir, si me dice cosas es porque es malo, mucho menos dejaría que mamá o David lo conocieran", dijo él seriamente, antes su padre insultaba y le decía cosas feas a su mamá, si él conociera a alguien así, definitivamente lo odiaría y no dejaría que se acercara a sus amigos.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora