Capitulo #89. Hasta nunca.

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De nuevo en el campamento improvisado en ciudad Zafiro, Derek solo menciono el mapa extraño a todos los demás.

Las provisiones encontradas, como el néctar que recibieron como regalo y el raro mapa ya estaban resguardados en la madriguera de Daisy.

"Joven maestro, ¿quiere encontrar las pistas señaladas en el mapa?", John pregunto con duda, a excepción de la pista 1/5 que estaba en ciudad Trébol, todas las demás estaban en un alcance cercano.

"Lo pensaré, sin embargo, eso será después de llegar a la capital", Derek contesto.

Daisy que estaba a su lado miro pensativamente el cielo azul grisáceo sin ninguna nube sobre ellos.

Ella tenía el presentimiento que esas pistas eran para ella, y al encontrar todas, posiblemente también encontraría a la persona que las escribió.

"Oigan, no hay espacio suficiente para salir de la ciudad con la camioneta, pero Antonio aun no debe moverse, ¿tienen una carretilla o algo en donde llevarlo?", Cesar se acercó a Derek y John mientras terminaba de desinfectar sus manos.

Al comprobar el estado de las personas heridas en su grupo Cesar se veía un poco preocupado.

En el caso de Rubén, el niño se estaba recuperando maravillosamente, en cuanto David, sus heridas eran mucho más severas que su mellizo, por suerte para él, era una persona mutada lo que le dio una capacidad de curación un poco más elevada que la gente común, sus heridas no estaban expuestas y le tomaría unas semanas recuperarse por completo mientras se cuidara apropiadamente.

La señora Ana a pesar de ser secuestrada, recibió una mínima atención a sus heridas en el rostro, las cortadas en sus manos fueron tratadas después, pero tuvo suerte de no desarrollar una infección.

El caso era Antonio, Cesar inspeccionaba constantemente las heridas para prevenir infecciones u hongos, las heridas abiertas se volvieron mucho más fatales que en tiempos pasados.

Antonio era el único miembro de su grupo que era normal, por lo tanto, era el que más probabilidades tenia de contraer una infección con cualquier descuido.

Cuando Cesar inspecciono su herida se dio cuenta que estaba sanando bien, sin embargo, también pensó que debería tener mucho cuidado y duplicar sus prevenciones.

"Si ese es el caso, pueden dejarlo en mis manos", para antes de que Derek o John respondieran, Elena intervino.

El pequeño Drakón que hasta hace poco parecía una pulsera se desprendió del brazo de Elena y en cuanto cayó al piso comenzó a aumentar drásticamente su tamaño.

Pronto, el imponente dragón chino que recordaban quedo a la vista, solo que más pequeño a comparación de su magnitud durante la pelea pasada.

Elena miro a unos cuantos metros a sus dos hijos que conversaban tranquilamente con los otros dos niños del grupo de Derek, la hermana pequeña de Cesar y Rubén rodeaban al nieto de Ana y a David que seguían sin poder moverse.

Los cuatro traían unos pequeños tazones con los cuales comían el desayuno recién preparado de Ana.

Al ver esta vista, sobre todo, los vendajes en los cuerpos de sus hijos, cierta resolución se reflejó en los ojos de Elena.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora