Capitulo #31. Cesar Hereda.

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El viento era sumamente helado, las chozas destrozadas junto con la nieve blanca por montones daba una atmósfera lúgubre y desolada, y en medio de ese paisaje melancólico se encontraba un joven en sus veintes, el chico era alto y apuesto, su cabello cobrizo contrastaba con el blanco pálido de los alrededores, sin embargo, lo que más resaltaba del joven, era el bulto sumamente arropado en sus brazos.

El bulto parecía ser un niño.

John esperaba indicaciones de Derek, de la misma manera que Ana y Antonio, los tres pudieron notar la urgencia en la voz del chico, e incluso pudieron ver como las manos descubiertas del joven estaban completamente moradas e hinchas al estar congeladas, su rostro rígido y pestañas llenas de nieve demostraban lo mucho que estaba sufriendo. 

Curiosamente si veían más detalladamente, el joven parecía tener moretones en su cara, su ropa aún si era gruesa estaba rasgada y tenía manchas de sangre, su postura era un poco encorvada, como si le doliera estar de pie.

Pero la urgencia del chico no parecía venir por el estado de su propio cuerpo, sino por el pequeño en sus brazos, que a pesar de estar fuertemente arropado, no dejaba de temblar.

Derek se quedo mirando directamente al chico, las ondas cerebrales del niño en sus brazos eran muy débiles, si seguía así posiblemente moriría tarde o temprano.

Derek suspiro, "No entiendo que tramas, pero esta bien", dijo impotente a una ardilla que no dejaba de balancearse y aferrarse a su ropa.

Desde el momento que reconoció al chico y comprobó que realmente era él, Daisy no dejaría pasar esta oportunidad, aferrándose a Derek y gritando internamente "¡¡AYUDEMOS!!" hasta el cansancio, logro que Derek viera su terquedad y aceptara darle ayuda al joven.

En realidad, a Derek no le importaba ayudar un poco, si la persona no tenía malicia para el no habría problema, el pensaba en darle algunas cosas para después marcharse, pero al ver la extraña benevolencia de Daisy, el supo que la ardilla deseaba que el hombre viajara con ellos.

Por alguna razón sintió que las acciones "buenas" de Daisy tenían motivos ocultos, pero recordando lo terca que era y lo molesta que se volvía cuando estaba enojada, Derek después de balancear los pros y contras, le pidió a John que abriera la puerta y dejara entrar al chico.

El joven se sorprendió al ver que la camioneta verdaderamente se detuvo, anteriormente otra camioneta llena de gente había pasado, solo que en lugar de ayudarlo lo humillaron y golpearon, no tenía muchas espectativas, sabia que no todos ayudarían a extraños, esa era la naturaleza humana, mientras no tenga nada que ver con ellos no gastaran de lo suyo, sin embargo, tenía que seguir intentándolo, el no podría dejar morir a su hermana.

Antonio el cual hizo un espacio para el chico, preparo cobijas para darle, mientras Ana sacaba los ungüentos que había hecho anteriormente. John se detuvo al lado del joven, quitando el seguro de la puerta y bajando un poco la ventanilla le hablo, "Sube", su voz no era ni autoritaria ni amable, pero debido a la facilidad en la que habían aceptado ayudarle sin escuchar sus circunstancias, el joven dudo un poco, pero viendo el estado de su hermana pequeña apretó los dientes y abrió la puerta.

Si era engañado y golpeado de nuevo tendría que aguantar su equivocación, pero si existía la posibilidad de que fueran buenas personas, entonces valía la pena hacer la apuesta, quedarse parado en un pueblo en ruinas sin medicamentos ni refugio seguro no salvaría a su única familia.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now