Capitulo #83. ¡No es para nada inofensiva! (3).

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El polvo que fue levantado por los duros golpes se disipó, allí solo quedo la llamativa chica pelirroja que todavía tenía su pie aplastando sin piedad la cabeza de Toto.

Las personas inocentes del refugio que miraban asustados todo desde la distancia abrieron los ojos con estupefacción.

Esa cabellera pelirroja... esa ropa...
¡¡¿que acaso no es la hermosa ninfa que apenas esa mañana llevaron presa?!!

¡¡Resulto que los estafadores fueron los estafados!!

Torres no estaba mejor, su expresión estaba pálida.

"¿Qué? ..., ¿derribo a Toto? ..., yo... estuve a punto de obligar a esa misma chica... Rodolfo después de esto te castrare".

Rodrigo también estaba sorprendido, sin darse cuenta se quedó mirando fijamente desconcertado a Daisy.

No fue hasta que Rebeca lo llamó que este reacciono.

"Oh por dios, esa mujer es igual a un gorila, ¡y pensar que nos pusimos en peligro por ayudarla!, ¡¿no te sientes engañado Rodrigo?!".

"¿Qué?", Rodrigo salió de su aturdimiento, de cierta manera se pusieron en peligro, pero de todas formas no estaba de acuerdo del todo con Rebeca.

El solo estaba estupefacto debido a que no esperaba esa fuerza por parte de ella, pero recordando lo anterior, aquella mirada sin miedo, aquellos movimientos curiosos, y sobre todo, aquella actitud fuerte ante Joel a pesar de retroceder, Rodrigo no pudo evitar sonrojarse.

'¡¡Él estuvo totalmente equivocado!!'

'¡Esa chica nunca necesito su protección, ella podía cuidarse perfectamente por sí misma!'

'¡Que ingenuo y vanidoso fue!'

Rodrigo tapo su rostro rojo, sin notar como Perla y Rebeca lo malinterpretaban, mientras Perla se veía ansiosa, Rebeca tenía una expresión obscura y estoica.

Por otra parte, Joel Valdez finalmente rompió por completo cualquier fachada de calma en su expresión.

Su rostro se retorció casi desfigurándose por la ira.

"Así que todo este tiempo, también tu..."

Lo noto desde antes, el hecho de que esa mujer no era alguien común, pero cuando supo que ella pertenecía de igual forma a esos sujetos que iban en su contra, él se sintió como un completo idiota.

Un idiota que con sus propias manos dejo entrar al enemigo.

No podía negarlo, se situó en la parte más alta y solo se preocupó por mantener por medio de amenazas y privilegios su poder, un poder que nació al hacerse cargo de un refugio que se levantó con demasiada rapidez.

Creyó que podía hacer lo que deseara, y no se preocupó por sembrar las bases y pilares que realmente hicieran de su poder uno verdadero y fuerte.

Ahora, después de solo dejarse llevar por el placer y el disfrute de su posición, él estaba recibiendo las repercusiones.

"Nunca fui una buena persona, eso siempre lo supe, mis formas de hacer las cosas nunca han ido por el camino recto, pero... ¿siempre fui así de impulsivo?"

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now