Capitulo #23. No son enemigos.

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Al ver la mirada vigilante de todos, Alan puso una expresión incomoda.

"No tienen que estar tan tensos, les prometo que lo que sucedió en la mañana no volverá a ocurrir, descansen", después de hablar, Alan se dio la vuelta y se fue.

"Antonio, no te despegues de nosotros", Derek habló sin dejar de ver la espalda de Alan.

"De acuerdo", Antonio no entendía, pero aun así sería obediente a las palabras de Derek.

"Daisy" Derek habló, y la ardilla que aun tenía migajas en sus mejillas rápidamente contesto, "chii~" (Da la orden y lo haré).

Daisy estaba un poco emocionada, había pasado un tiempo en el que no hacia su trabajo de espía.

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"¿Enserio estará bien, joven maestro?"

Ana mantenía una mirada preocupada, ya eran altas horas de la madrugada, Antonio estaba dormido y John se encontraba a su lado también un poco preocupado.

"No se preocupen, Daisy estará bien"

Ya habían pasado treinta minutos desde que Daisy había salido sigilosamente del gimnasio, su trabajo era recopilar pruebas, Derek no le abría tomado importancia a la cuestión del asesino, pero ahora era diferente.

La razón por la que ambos estuvieron tan callados fue por que estuvieron analizando y viendo toda la situación, de echo ya sabían quien era el psicópata, la cuestión era de que manera convencerían a los pobladores.

"Sabemos que Daisy puede cuidarse sola, pero, ¿no cree que estará en problemas si se encuentra con la jauría de perros?", continuo Ana.

"No hay problema", dijo Derek sin vacilación.

Ana y John seguían un poco inquietos, sabían que Daisy era posiblemente el miembro más fuerte de todo su grupo, pero aun así, como personas con habilidades sobrenaturales tenían una mejor comprensión del peligro de otros seres mutantes, por lo tanto, estaban consientes que en aquella jauría de perros había un animal al mismo nivel que el halcón que conocieron en el pasado, y peor aun, iba acompañado de otros animales peligrosos.

Si Daisy se topaba con ellos, había posibilidades de que se lastimara severamente, por eso ambos sirvientes seguían un poco inquietos.

Entonces, las siguientes palabras de consuelo de Derek los dejo más confundidos que tranquilos.

"Ellos no son enemigos"

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Por las calles vacías y silenciosas llenas de espacios obscuros muy apenas visibles por la luz de la luna, en los cables de electricidad esquivando cadáveres y dando volteretas con agilidad, iba una pequeña ardilla apenas visible a toda velocidad.

Daisy tenía una pequeña cámara colgando con una correa de su cuello, esta se balanceaba con el viento de un lado a otro.

"Quien diría que la vieja cámara que nunca cambiamos para tomar fotos del empleado del mes me serviría ahora"

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now