Capitulo #57. Ultimas horas (1).

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Mientras Derek y Daisy caían dormidos, Antonio en el refugio se mantenía vigilante por cualquier cambio en el exterior.

Aun si estaba preocupado por su joven maestro y la desaparecida ardilla, él recordaba el trabajo que Derek dejo en sus manos.

"Debo cuidar a los demás"

Antonio podía ser ingenuo para algunas cosas, pero al ver la cara de cansancio de Derek y a la mayoría de sus compañeros dormidos, él sabía que algo extraño estaba ocurriendo.

Por lo tanto, como uno de los únicos tres individuos despiertos, tenía que proteger a los demás.

Kelly y Diego aún no regresaban de la puerta trasera, Antonio pensaba que lo más posible, es que ellos con el mismo presentimiento que él, se hayan quedado a vigilar el otro lado.

El chico no mentiría al decir que no estaba ansioso o asustado

Sin embargo, si entreno arduamente antes con Derek y John fue por un motivo.

Ser alguien confiable y que pueda ayudar en los momentos de dificultad.

Y así, bajo el ambiente tenso, el tiempo paso...

Antonio no tenía un reloj, pero por la noción que él tenía, sentía que ya habían pasado algunas horas.

En el tiempo que él estuvo esperando, Kelly regreso para decirle que ella sería la mensajera entre ambos lados, Diego cuidando la puerta trasera y Antonio la delantera.

A este punto, los tres ya se habían dado cuenta que esa extraña corazonada era cierta.

Los únicos dormidos que eran las personas mutadas no despertarían durante un tiempo.

Al igual que durante los siete días de obscuridad de antes.

Sin saber cuánto tiempo sería esta vez, tenían que estar organizados y en contacto para proteger todo el refugio.

Mientras Antonio estaba sumamente pendiente hacia el exterior, unos pequeños chillidos comenzaron a escucharse dentro del almacén.

Antonio volteo con dudas, los chillidos provenían donde la amiga águila de Daisy estaba dormida, al acercarse se sorprendió al ver a uno de los pequeños pollos estirándose como si acabara de despertar en el piso.

La cría de águila arpía al notar a Antonio se paró ágilmente y comenzó a verlo con curiosidad.

"Gruu"

De alguna manera Antonio quiso reír, fue como si el pequeño le estuviera saludando.

"Hola, eres el primero en despertar"

El hecho de que él pequeño despertara rápido, hizo que Antonio tuviera la esperanza de que pronto los demás despertarían.

"Eso espero..."

Al ver que el pequeño miraba desconsolado y aburrido a su madre y hermanos, Antonio tuvo una idea.

"¿Quieres jugar? ...", pregunto él un tanto incomodo mientras mostraba un pequeño peluche desecho que Cecilia había tirado.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora