Capitulo #20. Egoísmo.

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John y Daisy regresaron, Ana y Antonio no eran tontos, sabían por que John no los dejo ir, y al ver la expresión de John, solo comprobaron que sus sospechas eran ciertas.

Ana solo bajo la mirada mientras Antonio tomaba su mano, ninguno dijo nada.

Una vez más, las cuatro personas y una ardilla, iban en una camioneta blindada por el sendero de la montaña, esta vez, directo hacia la ciudad.

Derek traía en sus manos unas toallitas húmedas mientras limpiaba las patas de Daisy, ella se ensucio de tierra, mientras la limpiaba, Daisy calmo su corazón.

Al parecer ella todavía no perdía su humanidad, ella seguía sintiendo empatía, tal vez la razón por la que no sintió nada al matar a todos esos animales era por que su cabeza los había marcado de enemigos.

Cruel contra depredadores y enemigos, buena con aliados e inocentes.

Daisy tranquilizó la mala idea de volverse un monstruo al ser un animal mutado, aun si no podía sacar la preocupación, ahora ya no estaba tan insegura.

Durante la tercera ola podrían ocurrir todo tipo de cosas, no solo los mestas finalmente aparecerían, sino que también las mutaciones alcanzarían su forma final, Daisy no estaba segura de que forma cambiaría.

"Aun no sé cual es mi otra habilidad", para Daisy era extraño, cuando tu subconsciente no te guiaba a tu habilidad era porque esta podía verse a simple vista, y después de la tercera ola ya se integraría automáticamente en tu cabeza como utilizarla, pero por más que Daisy vio su cuerpo no pudo decir que habilidad tenía.

Ella sacudió su cabeza.

“Faltan dos semanas para que inicie la tercera ola, dejemos de pensar en eso”, se dijo así misma Daisy.

Lo primordial ahora era llegar a un lugar seguro antes de que la tercera ola iniciara, después de todo, llegar a la capital tardarían alrededor de un mes.

En circunstancias normales, en avión se llegaría en 16hrs, en carro o autobús alrededor de tres o cuatro días, pero ahora con el caos, posiblemente tendrían que tomar diferentes rutas y caminos, sumándole a los diferentes problemas que se pueden presentar como animales mutados y sobretodo personas enemigas, era obvio que el viaje se alargaría drásticamente.

Oh por lo menos en la novela a Rodrigo le tomo el tiempo de un mes y medio llegar a la capital, por lo que Daisy solo tomaba esa medida como ejemplo.

Bajando por el estrecho sendero, John a toda velocidad, no tomo en cuenta los extraños ruidos de los alrededores ni los ocasionales animales mutados que aparecían en el paisaje, la flora de la montaña había cambiado hasta el punto de parecer una selva, por lo que debían bajar lo más rápido posible antes de toparse con otro animal peligroso como el halcón.

Por suerte, no surgieron inconvenientes y dos horas y media después, pudieron ver la caceta de vigilancia situada debajo de la montaña para entrar a la ciudad.

Para evitar accidentes de niños o adolecentes adentrándose a la montaña, la cual esta muy cerca del área metropolitana, o de delincuentes realizando acciones indebidas en secreto, el acceso hacía el sendero para subir estaba las 24 horas del día vigilado.

En circunstancias normales, un guardia los saludaría y después de comprobar sus identidades los dejaría pasar, pero esta vez, la pequeña caseta estaba totalmente destruida con rastros de pelea y sangre por todos lados.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now