Capitulo #53. Deseo irracional.

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Con la llamada del monstruo anormal, más mestas comenzaron a llegar, con una sola entrada en el refugio donde se hospedaban, esconderse en él sin deshacerse del monstruo con forma humana primero sería equivalente a quedar atrapados.

"Tsk"

Sangre comenzó a bajar por los labios de Derek, mantener por tanto tiempo restringido a un fenómeno que forcejeaba con una fuerza aterradora con su poder mental inestable ya estaba pasando factura a su cuerpo.

Justo cuando los mestas comenzaban a acercarse, la pequeña Cecilia grito.

"¡¡Acábenlos!!"

Osos enormes y aterradores salieron de los rincones abalanzándose contra los mestas.

Aprovechando el momento, Derek soltó al mesta para que terminara enfrentándose al oso que parecía ser el líder de todos los demás.

Sin tiempo para que Ana y Daisy reaccionaran por la ridícula habilidad de Cecilia, Derek hablo.

"Zelda llévanos al almacén al que teníamos pensado ir, Ana, Antonio y las dos mujeres de allá, tomen a los niños y suban a Zelda lo más rápido que puedan, los demás estén en guardia hasta que ellos suban"

Zelda comprendió, al haber muchos enemigos y personas que proteger la mejor opción era escapar mientras pudieran.

Pero...

"¡Amigo Derek eso no funcionara!, ¡mis esclavos solo pueden pelear por poco tiempo para después desvanecerse si yo me alejo mucho!, ¡tal vez podamos dejar atrás a todos los monstruos, pero ese poco tiempo no servirá para aquel tipo aterrador!", sorpresivamente fue Cecilia la que hablo a Derek mientras apuntaba al mesta anormal que estaba en una pelea a muerte contra un enorme oso.

Ignorando selectivamente la palabra 'esclavos' de Cecilia, Derek asintió a la pequeña, "lo sé, el mayor problema es esa cosa, por eso debemos eliminarlo lo más rápido posible, primero lo alejaremos de los demás monstruos para después deshacernos de él antes de llegar al nuevo refugio".

Quedarse rodeados no era una opción, también tenían que encontrar una nueva fortaleza, gracias a la pelea entre los extraños osos y los monstruos, incluso las paredes del almacén en donde se escondían estaban comenzando a dañarse.

Derek sabía que debían darse prisa, por alguna razón su mente le mandaba señales de ansiedad, y estas no eran por los monstruos, era confuso, pero de alguna manera él sabía que algo más estaba a punto de ocurrir.

También al ver a Daisy convenciendo a Zelda y al resto de darse prisa, Derek sabía que la ardilla estaba nerviosa y ansiosa por llegar a un refugio.

"¡Zelda rápido, no tenemos tiempo, algo malo está a punto de ocurrir, sino llegamos al nuevo almacén seremos un plato listo para engullir!"

Menos de una hora.

Ese era el tiempo restante para que las personas mutadas cayeran dormidas.

Las últimas horas de la tercera ola estaban por ocurrir, por lo tanto, los mestas se volverían más violentos y su actividad se intensificaría.

"De acuerdo, suban", Zelda abandono su posición de ataque y se inclinó para que todos pudieran escalar.

Antonio cargando al ya despierto y asustado Adán, Cecilia y las dos también temerosas crías de Zelda fueron los primeros en subir.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now