Capitulo #114. Realmente no soy (2).

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"¡¡Qué demonios!!, ¡¿Derek Alves aún no llamaba a todos sus compañeros?!", el grito de Paulo desconcertó y puso nerviosos a sus hombres.

Él al igual que otros bandos había mandando asesinos por la vida de Derek, sin embargo, para mala suerte de su dignidad, estos fueron de los primeros en caer, lo cual provocó que se sintiera humillado.

Nadie a su alrededor se atrevió a contestar, después de todo, Paulo no era el único desconcertado.

El heredero Alves, fue hasta después que muchos supieron su nombre, ya que este siempre había mantenido un perfil demasiado discreto, incluso el doble que el resto de los integrantes de la familia Alves.

Nadie sabía casi nada sobre él, solo aquellos supervivientes que anteriormente pertenecieron a la esfera de la clase más alta y adinerada tenían algunos datos sobre él, de allí que se pudo sacar sus características físicas para identificarlo.

Cómo un ermitaño que nunca salía de su territorio, muchos pensaban que existía un secreto que la familia Alves quería ocultar, como el hecho de que su heredero tenía una salud muy mala, que en realidad había cometido un crimen inimaginable y fue exiliado, que era un inútil incapaz de hacerse cargo de la familia, e incluso algunos hasta creían que él ya estaba muerto y la familia Alves solo mostraba a un doble.

Eran demasiados rumores, ya fuera verdad o mentira, cuando estos rumores circulan y se mezclan con la incertidumbre y lo que se cree correcto, pueden provocar malentendidos y problemas.

Por ello, la mayoría de los que querían asesinar a Derek (por no decir todos), realmente por dentro pensaban que él no era ninguna amenaza, apuntaban a él al ser el más vulnerable de la familia Alves y para darle un golpe crítico al insoportable Desmond.

Nunca pensaron que aquel ermitaño que jamás se involucraba en asuntos mundanos ya hubiera armado su propio grupo, que para colmo, fácilmente podría destruir una facción.

La imagen de un Derek sereno que de forma sencilla hizo frente a más de veinte asesinos sin recibir ningún rasguño como si todo estuviera en la palma de su mano, provocó que muchos espectadores involucrados en las disputas por el poder de la capital tuvieran escalofríos.

Era una siniestra corazonada, Derek Alves había hecho su aparición demostrando que no era el frágil y enfermizo chico que todos creían, viendo a los sujetos que lo acompañaban, todos solo pedían estar equivocados y que ellos no fueran realmente sus amigos, era como una premonición, como un sentimiento de miedo...

Si Derek Alves cruzaba vivo las puertas, la capital se vería sacudida por enormes olas que podrían cambiar por completo el tablero de juego.

El heredero Alves resultó no ser un niño inmaduro, sino otro maldito dolor de cabeza como Desmond.

Si dejaban que ese dolor de cabeza madurara aún más y se hiciera cargo de la familia Alves, entonces...

Sus oportunidades para ascender desaparecerían.

Al igual que Paulo, varios que miraban el espectáculo estaban internamente igual de enojados que él.

Sin embargo, pronto a pesar de sus inconformidades, ya ni siquiera pudieron pensar correctamente ante la vista que tenían frente a ellos.

"¡BAAMM, POOW, BAAMM!'

La mujer pelirroja que había llegado llamando la atención de todos, estaba llevando a cabo una escena irreal y al mismo tiempo sorprendente.

Agarrando con cada mano una cola de lagartija, estampando de un lado a otro contra el suelo, la hermosa chica junto a una expresión enojada, demostró tener una fuerza aterradora al levantar sobre los aires como si nada a dos monstruos del tamaño de autobuses.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Where stories live. Discover now