La propuesta de compromiso

8.2K 696 26
                                    

Aemma servía a su abuelo, el rey Viserys, como su copera en varias ocasiones, tal y como su madre lo había hecho de joven.

Le gustaba el trabajo pues le permitía escuchar lo que pasaba en el reino cuando el consejo se reunía.

Esa mañana mientras llenaba la copa de todos en la mesa notó que su madre estaba intranquila y nerviosa.
Ella sabía que tenía que ver con el reclamo del trono, la reina estaba inconforme pues el nuevo bebé de Rhaenyra, Joffrey Velaryon, no poseía los rasgos característicos de los Targaryen, el recién nacido compartía los mismos rasgos que sus hermanos, una maraña de cabello café y ojos oscuros, extrañamente con más parecido a Sir Harwin Strong que a Leanor Velaryon.

Después de discutir los temas del día, la princesa Rhaenyra se pusó de pie para dirigirle unas palabras a la reina.

-Es tiempo de dejar rivalidades en el pasado y que nuestras casas finalmente se unan, por lo que propongo comprometer a mi hijo Jacaerys con su hija la princesa Healena, ambos serán los gobernantes del reino un día. También propongo casar a mi hija Aemma cuando esta tenga la edad suficiente con el príncipe Aegon, Rocadragon pasará a Aemma y por matrimonio también al príncipe, majestad-Aemma derramó un poco del vino al escuchar aquello, y aunque retomó su compostura de inmediato, porque era lo correcto, quería decirle a su madre que no sería la esposa de Aegon nunca.

La reina Alicent tenía una expresión dura en el rostro, como si la oferta de la princesa fuese una ofenza, por otro lado el Rey Viserys aplaudió y dijo que era una maravillosa idea.

La reina habló por ambos y dijo que pensaría si aceptar tal oferta.

En cuanto terminó la reunión todos los miembros salieron. Aemma se apresuró a poner todo en su lugar para poder ir a hablar con su madre.

Mientras bajaba las gradas para ir a donde su madre, escuchó las voces de Sir Criston Cole y la reina. Estaban hablando de su madre y como el miedo la hacía actuar de manera desesperada, sir Criston Cole la llamó una "puta mimada" haciendo sentir furiosa a Aemma por la manera en que se había expresado de su madre, luego procedí a disculparse con la reina por la manera tan impropia en la que había hablado.

Los dos miraron hacia atrás como si pensaran que alguien los estaba escuchando y aligeraron el paso, ppr lo que Aemma tuvo que esperar a que estuvieran lo suficientemente lejos para que no se dieran cuenta de su presencia.

En cuanto estuvo frente a la habitación de su madre pidió entrar a verla.

-Yo no quiero ser la esposa de Aegon nunca - la princesa se encontraba descansando en una de las sillas mientras amamantaba al pequeño Joffrey.

-Mi dulce niña, ya lo hemos hablado antes, a veces es necesario asegurar un compromiso desde muy jóvenes, en este caso por el bien de nuestras familias-.

-Yo escuche a la reina Alicent decirle a Sir Criston que no aceptaría nunca tu propuesta... -la madre de la joven imaginó la manera en que su hija había escuchado tal conversación.

-¿Qué te he dicho sobre espiar a los demás? ¿Es eso propio de la realeza? - la niña negó con la cabeza -No quiero saber que es lo que has escuchado-.

-Pero madre... -los ojos de la niña se llenaron de lágrimas, en verdad no quería comprometerse con Aegon.

-Mi adorada hija, mi única niña, sé que aún eres muy joven, pero yo sé mejor que nadie la fuerza que hay en ti. Tomé la decisión sabiendo que tú puedes enfrentar lo que sea, tú corazón es bueno y tú forma de ser tan encantadora es capaz de cautivar hasta el alma más oscura de los sietes reinos, por lo que podrás ablandar el corazón de Aegon y ayudarlo en el camino para ser un buen hombre para ti - la princesa se levantó con cuidado de no despertar al bebé en sus brazos y con una mano limpió las lágrimas de la pequeña Aemma - Perdoname por hacerte esto hija mía, pero sé que puedo confiar en tí para mantener la paz en nuestra familia-.

Aemma Velaryon de tan solo nueve años, entendió que era su deber aceptar el peso que su madre estaba poniendo sobre ella.

Por si no era lo suficiente madura ya con tan pocos años, esto la haría serlo el doble.

-No te fallaré madre -trató de detener las lágrimas saliendo de sus ojos y puso su mejor cara para ocultar lo triste que se sentía.

Después de la conversación con su madre vagó un rato por el castillo buscando distraerse un poco.

Se detuvo en cuanto observó al rey Viserys junto a su mano Lord Strong disfrutando la vista del patio de entrenamiento, donde los hermanos de Aemma y tíos se encontraban con Sir Criston Cole y Sir Harwin Strong.

La chiquilla le preguntó a su abuelo si podía acompañarlos y en cuanto esté se lo permitió una chispa se encendió en ella y bajó de prisa hacia donde los niños entrenaban con espadas de madera.

Sir Harwin al verla le sonrió y la ayudó a ponerse los protectores que le daban a los príncipes para evitar golpes.

A Aemma le gustaba practicar con ellos, aunque solo podía hacerlo de vez en cuando, cuando alguna autoridad como su abuelo o sus padres lo permitían, pues otros en el castillos se indignaban al verla comportarse como un varón.

Rhaenyra no tenía problema con lo que a su hija le gustaba hacer, solamente le pedía mantenerse lejos de peligro y detenerse en cuanto los golpes fueran demasiado fuertes, el rey Viserys permitía que practicará alegando que nunca estaba de más que una mujer supiera defenderse, después de todo, la sangre del conquistador y sus hermanas/esposas corría por sus venas, por lo que también era una guerrera, aunque también podría deberse a que la pequeña le recordaba a su propia hija cuando joven.

Sir Harwin se tomaba el tiempo para enseñarle a la princesa, mientras
que un poco mas allá de ellos, Sir Criston Cole se encontraba trabajando con Luke, Jace, Aegon y Aemond, quien aprovechaba cualquier oportunidad para mirar a Aemma y que está le sonriera.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now