El rey ha muerto

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Aemma despertó en la madrugada, el sol aún no terminaba de salir y le pareció que era un buen momento para escabullirse en los pasillos del castillo hasta la habitación de Aemond.

Cuando estuvo a un pasillo de distancia tuvo que esconderse pues la reina pasó a toda prisa con su dama de compañía. Aunque Aemma sintió curiosidad por la escena tan extraña, siguió su camino hasta la puerta de la habitación de Aemond.

El joven aún somnoliento abrió la puerta y se sorprendió al ver que se trataba de la chica.

Ambos se sentaron en la orilla de la cama y el primero en hablar fue Aemond, quien estaba verdaderamente sorprendido de que Aemma lo hubiese ido a buscar para hablar, el joven ofreció una disculpa a la princesa y está no se contuvo para decirle lo que habíamos hablado con su madre.

-Cuando insultas a mis hermanos, también me insultas a mí - Aemond negó - Por supuesto que sí, te has burlado de su sangre ¿Y que crees? Yo estuve en el mismo vientre que ellos, su sangre y mi sangre es la misma-.

-Pero mi princesa... -.

-Dejame continuar, además tú ya sabes cual es el castigo que se les da a los que se atrevan a insinuar que somos bastardos-.

-Tú no me cortarías la lengua... -.

-Mi amor por ti es grande Aemond, mataría por ti -la joven acarició la mejilla del príncipe - Igual que mataría por mi familia, así que no me hagas tener que elegir entre ellos o tú, porque no soportaría hacerlo, preferiría la muerte- aquello hizo tragar saliva a Aemond, la idea de perder a Aemma por su muerte lo aterraba.

-Mi amada Aemma, siento tanto no haber sido el hombre que deseabas que fuera, la rabia me cegó-.

-Lo sé, necesitamos trabajar en todo el enojo que hay en tí mi príncipe, para que en un futuro podamos estar con la familia del otro en paz-.

-¿Eso quiere decir que nuestra boda sigue en pie? - Aemma asintió y Aemond apenas podía creerlo-¿Tú familia está de acuerdo con ello? -.

-¿Eso qué importa mi príncipe? Yo deseo estar contigo y tú deseas estar conmigo, los demás tendrán que aceptarlo tarde o temprano - Aemond sonrió al escuchar a Aemma tan segura de querer estar con él.

De un momento a otro dejaron de hablar y terminaron enrollados en las sábanas de la cama de Aemond dejando salir el deseo que ambos jóvenes sentían por el otro.

Aemma se quedó dormida primero al terminar, Aemond se quedó observándola un rato, tratando de entender como ella podía tener tantas esperanzas en él aún después de tantos años, tal vez Aemma ya fuera toda una mujer, pero seguía teniendo el mismo corazón de cuando eran niños.

En aquel momento Aemond se sintió completo por una vez en su vida, Aemma le daba toda la calidez y amor que nunca nadie le había brindado antes, hasta dormir resultaba más relajante con Aemma a su lado.

Todo era perfecto cuando estaba a solas con ella.

Pero toda esa magia se esfumó unas horas más tarde cuando alguien golpeó la puerta haciendo que Aemond se despertará de nuevo y tuviera que apartar con cuidado el brazo de la chica que lo abrazaba estando dormida.

Se puso de nuevo la ropa de dormir y abrió solo lo suficiente la puerta para encontrarse con su madre y Criston Cole.

-¿Qué se te ofrece tan temprano madre? - la mujer parecía haber estado llorando por horas y se veía como si no hubiera dormido.

-Tu padre está muerto - Aemond la miraba sin poder creerlo, pero ¿qué razones tendría para mentirle? La reina se dio cuenta de lo sospechoso que se veía su hijo, parecía que escondía algo pues no salía de la habitación y solo había abierto unos cuantos centímetros la puerta, así que la mujer empujó la puerta con la suficiente fuerza para que su hijo no la detuviera y cuando esta se abrió por completo, dejó descubierta a la princesa Aemma que yacía dormida cubierta únicamente por sábanas.

Aemond sabía que su madre pondría un grito en el cielo y jaló a su madre sacándola de la habitación, saliendo él también, dejando la puerta entrecerrada para que Aemma no se fuera a despertar por el ruido.

-¿¡Pero que pasa contigo Aemond!? - la mujer lo golpeó en la mejilla.

-No pierdas la cabeza madre, no hagas un escándalo ahora - las palabras del joven no hicieron mas que alterar a la mujer.

-¿¡Qué no haga un escándalo!? ¡Me dijiste que no la habías tocado! ¡Mentiste! Quien sabe cuanto tiempo llevan haciéndolo -.

-Basta madre, me casaré con ella pronto, no tienes porque alterarte ¿Acaso no hay cosas más urgentes ahora? -.

-Esto no será tomado por alto Aemond, te lo prometo- Criston Cole se dedicaba únicamente a mirar, no le sorprendía que la princesa hubiera hecho tal cosa, él siempre había pensado que era igual a Rhaenyra, ahora le quedaba más claro que nunca - Vístete rápido y ve a verme pronto a la habitación de Healena y Aegon- la reina se dio la vuelta y antes de comenzar a caminar llamó a Aemond una vez mas -Aemond-.

-¿Si madre? -.

-No le digas aún de la muerte del rey, ya la pasará mal por estar en tu cama, no deseo que se ponga peor por Viserys tan pronto- ahora si la reina comenzó a caminar de prisa con Cole siguiéndole.

Aemond hizo lo que su madre pidió y cuando estaba terminando de ajustarse el cinturón una voz adormitada llamó su atención.

-¿A donde vas? - la chica seguía batallando con el sueño.

-Mi madre ha pedido que vaya a verla, no te preocupes- El joven se acercó a donde ella estaba y le dio un beso en la frente - Vuelve a dormir mi princesa, regresaré pronto- Aemma asintió y volvió a cerrar los ojos.

Aemond salió de la habitación sintiendo pena por su princesa, seguro Aemma no tardaría en enterarse de la muerte de su abuelo, y el joven sabía que no podía hacer nada para evitar que ella sufriera la pérdida.

Cuando Aemond llegó a la habitación que su madre le había dicho, encontró únicamente a las mujeres ahí, Healena bordaba y sus hijos estaban en el suelo con la nana, mientras que la reina afligida caminaba de un lado a otro.

-Aegon ha escapado después de que le dije lo de su padre, tienes que traerlo de regreso Aemond-.

-¿Por qué ha huido? -.

-Tu padre me dijo anoche que deseaba que Aegon fuera rey, y yo se lo dije a Aegon esta mañana - Aemond no podía creerlo, pues su padre había sido claro siempre en que su sucesora sería Rhaenyra.

Además Aegon no tenía ni un pelo de rey.

-¿Mi padre te dijo eso? - la reina lo miró fulminante - hablamos de Aegon madre, además Rhaenyra será reina, siempre ha estado claro-.

-Aegon debe ser el rey, así que ve a buscarlo, te lo ordena tu madre y tu reina -.

-Mi padre no cambió sus deseos, ¡tú quieres robar la corona! No cumpliré tus órdenes -.

-Harás lo que te pido si no quieres que la chica que metes en tu cama sufra las consecuencias - Aemond desconoció a su madre en ese momento.

-¿Esto es obra tuya o de mi abuelo? Porque me parece demasiado para ti que amenaces con lastimar a Aemma-.

-Lo digo en serio Aemond, si en verdad quieres a la chica traeras a Aegon ante mi pronto -Aemond se sintió tonto por haber escuchado a su madre y no haberle dicho a Aemma lo de la muerte del rey.

Apretó los puños y miró a su madre molesto.

-No te fallare madre - el joven fue enviado a la ciudad junto con Criston Cole por parte de la Reina.

Así como los gemelos guardias Sir Arryk y Sir Erryk fueron enviados por Otto como plan para regresar a Aegon al castillo y de paso dejar a Aemma sin su guardia.

Las cosas estaban por ponerse más y más turbias.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now