Que los dioses se jodan

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Después del asunto de Driftmark Aemond deseaba asegurarse de que Aemma estaba bien.

Por lo que fue en busca de la chica a su habitación.

En lugar de encontrarla a ella, fue el mejor de los varones Velaryon quien le abrió la puerta.

—¿Quién eres tú? — preguntó el castaño de seis años que aún no abría la puerta por completo.

—Tu debes ser Joffrey ¿verdad? — el niño asintió y siguió mirando a Aemond con curiosidad — Soy Aemond, tu tío —.

—Bueno, mucho gusto tío Aemond. ¿Qué es lo que quieres? —.

—¿Está tu hermana aquí? —  el niño negó —¿Sabes donde puedo encontrarla? — antes de que Joffrey respondiera la puerta se abrió por completo dejando ver a Jace y Luke.

—Que gusto verlos, sobrinos. Veo que al fin saliste de tu escondite Lucerys— Luke palideció en ese momento y Aemond se sintió complacido al sentir el miedo que le provocaba al chico.

—¿Por qué vienes a buscar a Aemma en su habitación? — Aemond trató de no perder los estribos pues le había prometido a Aemma mantenerse alejado de las peleas con sus hermanos por el bien de su compromiso.

—No es que sea tu asunto, pero quería asegurarme de que estuviera bien ¿Vas a decirme donde encontrarla Joffrey? — centró su atención en el más pequeño quien asintió.

—Está con mis hermanos menores y mi madre en su habitación— Aemond agradeció la información que el niño le brindaba aún cuando Jace le había dicho que se callara — Tío Aemond ¿Qué fue lo que te pasó en el ojo? — la curiosidad del niño tomó por sorpresa a Aemond, viendo lo tan poco cohibido para hacer esas preguntas pensó en que él era el más parecido a Aemma en personalidad, por inercia miró a Luke quien bajó la cabeza atemorizado por Aemond.

—Guarda silencio Joffrey— le ordenó Jace más irritado que antes — Te dije que te mantuvieras alejado de Aemma—.

—Que suerte que tú no me mandas a mí — se defendió Aemond y Jace apretó la mandíbula tratando de controlarse—Los veré mas tarde en la cena, par de perros guardianes — En verdad no toleraba a ninguno de los dos hermanos más grandes de Aemma, y si no se iba pronto de ahí quien sabe como terminarían, pero antes de marcharse pensó en que le debía a Joffrey una respuesta.

—Fue tu hermano Luke cuando tenía mas o menos tu edad, quien me dejó sin ojo, pequeño príncipe — Joffrey solo supo responder "Auch, debió doler", lo cual hizo gracia a Aemond — Si bastante, pero no importa, porque un día haré que Lucerys sienta ese dolor también — Ahora si Aemond comenzó a caminar lejos de la habitación de Aemma.

Una hora más tarde mientras Aemond descansaba en su habitación,  alguien tocó la puerta.

Cuando abrió se encontró con Aemma que traía puesto el vestido con sangre aún.

—¿Qué haces aquí? Sabes que no deberías, ¿Y si alguien te ha seguido hasta acá o te vio entrar? — miró a ambos lados del pasillo e hizo que Aemma entrará a la habitación para luego cerrar la puerta por seguridad.

—Soy muy cuidadosa Aemond, relajate. ¿Y por qué debería limitarme de visitar a mi futuro esposo? ¿Por qué tu madre me ha prohibido estar en estos lados del castillo? Tú has roto las reglas por mí, yo también he de hacerlo por tí, mi príncipe— Aemond suspiró y tomó a Aemma de las manos —Además tú fuiste a buscarme a mi habitación primero—.

—Lo sé, y te pido una disculpa si hice que tus hermanos se molestaran, solo quería asegurarme de que estuvieras bien, Vaemond estuvo a punto de golpearte— Aemma acarició el rostro del chico más alto que ella y le dio un beso corto en los labios.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now