De vuelta a donde todo comenzó

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Al cumplir Aemma quince años un cuervo enviado por el rey llegó a Rocadragon.

El rey estaba invitando a su nieta a visitarlo, quería darle un obsequio por su cumpleaños.

Lo mismo había hecho con Jacaerys cuando este cumplió catorce, por lo que el chico se ofreció a acompañar a su hermana en el viaje.

"No permitas que nadie te falte el respeto a ti ni a nuestra familia" le recordó su padrastro Daemon antes de irse.

Ambos jóvenes partieron en sus dragones a la ciudad a la mañana siguiente de haber recibido el cuervo.

En cuanto los dragones de Aemma y Jace pisaron el suelo del castillo, los guardias se hicieron presentes de inmediato y los recibieron como invitados de honor del rey.

-Todo se ve exactamente igual que como recuerdo - le dijo Aemma a Jace mientras atravesaban el patio de entretenimiento.

-¿Es decepcionante verdad? - Aemma asintió y llamó su atención que habían varios hombres reunidos viendo una pelea en el patio.

Se escuchaba el sonido de las espadaa chocando entre si, su curiosidad le ganó y se desvío del camino para ver de quien se trataba.

Era fácil reconocerlo por el parche en el ojo, era Aemond quien daba buena pelea a Sir Criston.

Jace se quedó parado junto a Aemma también observando al chico, delgado e increíblemente alto y se había dejado crecer el cabello.

Le ganó a Sir Criston y recibió aplausos por parte de los que estaban ahí.

Aemond la vio entonces, por muy poco tiempo pues los guardias hicieron que Jace y Aemma regresarán a su camino.

En el castillo quien la recibió a ella y su hermano fue la Reina Alicent

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En el castillo quien la recibió a ella y su hermano fue la Reina Alicent.

La reina se disculpó en nombre de su esposo por no haberlos ido a recibir el mismo, la mujer les explicó lo enfermo que estaba el hombre, por lo que muchas veces se quedaba en cama y era ella quien lo ayudaba en los asuntos del reino.

Aemma no tardó mucho en darse cuenta de que su abuelo ya no tenía el control del reino realmente, o al menos era cuestión de tiempo para que Alicent y su padre, quien era la mano del rey, Otto Hightower, gobernarán en nombre de él.

La reina los llevó hasta la habitación del rey, abrió la puerta y en el interior de la habitación yacía sentado al lado de la mesa el rey Viserys.

-Esposo, te has levantado de la cama - habló Alicent sorprendida.

-Me ha parecido que la ocasión lo ameritaba esposa mía. Que grata sorpresa tener a dos de mis nietos conmigo- Aemma sonrió con pena al ver al viejo que ya había perdido casi todo su cabello tan contento.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now