Familia.

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2 Meses después.

Aemma pasaba la mayor parte del día acompañada de su prima Baela, con quien se había vuelto más unida con el paso de los días.

Aemma siempre se había llevado bien con ambas hijas de Daemon, pero Baela era con quien más tenía en común.

Baela al igual que Aemma, era bastante protectora con su familia. Comenzó a pasar más tiempo con Aemma desde que supo que ella se encontraba en cinta.

La familia había perdido a Visenya unos meses atrás, por lo que Baela se propuso cuidar lo mejor que pudiera a Aemma para que ella y su futuro sobrino estuvieran bien.

Además Aemma necesitaba tener compañía ahora que había dejado de pasar tanto tiempo entrenando con sus hermanos.

-Me gustaría que fuese una niña, nos hace falta una pequeña princesa recorriendo los pasillos del castillo- habló Baela mirando a su prima.

-Sería lindo. Aunque tengo el presentimiento de que se trata de un varón - dijo Aemma mientras se acariciaba el vientre que comenzaba a verse pronunciado.

Ambas chicas se encontraban bajo el enorme cerezo en uno de los patios del castillo. Baela estaba sentada recostada en el tronco del árbol, mientras que Aemma yacía acostada en el pasto y usaba como almohada las piernas de su rizada prima.

-No importa si es una princesa o un príncipe, será amado por todos aquí-.

-¿Segura que por todos?- preguntó Aemma en un tono serio.

-Por supuesto que si Aemma. ¿Sigues creyendo que Jace podría rechazarlo? Creí que las cosas ya estaban bien entre ustedes-.

Aunque Jace y Aemma habían dejado de ignorarse luego de tres semanas de su discusión, Aemma no podía dejar de sentir miedo por el rechazo que alguien en su familia pudiera sentir por su hijo, especialmente su hermano mayor. Y no ayudaba para nada que Jace y ella aún estuvieran distantes entre si y apenas hablaran de cosas triviales.

Jace tampoco se sentía del todo bien con Aemma, seguía sintiendo la tensión entre ambos, pensaba que Aemma aún quería mantener cierta distancia después de la manera en que le había dicho que la dejará en paz, por lo que no le hablaba demasiado por miedo de generar una nueva discusión que hiciera que Aemma dejará de hablarle nuevamente.

-¿Puedes juzgarme por ello? Su odio por Aemond es demasiado grande, ¿Qué pasará si mi hijo resulta ser idéntico al hombre con el que no puede estar en el mismo lugar sin armar una gran pelea?- Aemma suspiró - Tu debes saber que piensa, eres su prometida, seguro te ha dicho algo al respecto. Si me dices lo que piensa podré relajarme o al menos prepararme para vivir así -.

-No soy yo quien debe decirte lo que él piensa. Habla con él sobre el tema, les ayudará a ambos-.

-Para solo ser mayor que yo por unas cuantas lunas, te muestras mucho más madura siempre. A pesar de ser su prometida y mi mejor amiga parece que no tomas bando por ninguno de los dos-.

-Quiero que ambos estén bien, eso es todo-.

-Jace tiene suerte de tenerte, espero que pronto se de cuenta de ello- Baela sonrió triste.

-También yo tengo suerte de tenerlo a él. Aveces puede ser un tonto, pero bueno, es joven y aún tiene mucho que corregir y aprender, pero sé que es un hombre de buen corazón- Hizo una pausa - Y con respecto a lo segundo que dijiste, no importa si no es pronto, esperaré pacientemente que Jace llegue a amarme como yo he descubierto que lo amo a él- Aemma le sonrió a la rizada y tomó su mano como muestra de que la apoyaba.

Baela había llegado a enamorarse verdaderamente de Jace con el paso del tiempo, pero faltaba que él comenzará a sentirse de igual manera por ella.

Aemma siguió conversando con Baela hasta que fue hora de regresar al interior del castillo.

Y cuando tuvo la oportunidad, Aemma se acercó a Jace para pedirle hablar, ella fue la primera en desahogarse acerca de como se sentía, haciendo sentir culpable a Jace por haber hecho que su hermana dudará de él.

-¿Cómo podría odiar a un hijo tuyo? Es una parte de tí, mi única hermana-dicho eso abrazó a Aemma-Será mi primer sobrino, me volveré loco con él ¿Quién crees tú que le enseñará a montar un dragón? ¿Rickon?- Aemma soltó una pequeña risa.

-Creí que no te interesaba- se sinceró Aemma.

-Perdóname por ser tan indiferente, tenía miedo de que me rechazarás o de que dijera algo que te molestara y nos hiciera pelear-.

-No vuelvas a escucharme cuando te diga que te alejes de mí, te necesito siempre cerca, Jace-.

-Yo también a tí Aemma, las conversaciones con nuestros hermanos pequeños no se comparan con las que tenemos tú y yo - bromeó el castaño.

Cuando las cosas entre Aemma y Jace volvieron a ser como siempre, todo retomó su lugar en Rocadragon.

Rhaenyra se sentía bien al ver a sus hijos tan unidos como lo habían sido siempre. Daemon, quien se sentaba siempre junto a ella, la miró dándole a entender que él también se sentía a gusto por la misma razón que ella, a ambos les daba satisfacción ver a todos sus hijos conversando alegres entre sí.

-Que linda familia la que hemos formado- dijo Rhaenyra mientras entrelazaba los dedos de una de sus manos con los de Daemon.

-Es por eso que debemos protegerla de nuestros enemigos y pelear para recuperar el lugar que te robaron, mi amada. Nuestros hijos estarán en peligro siempre que los verdes estén en el trono- Daemon acercó la mano de su esposa hasta sus labios y le dio un pequeño beso al mismo tiempo que ambos se sostenían la mirada durante un par de segundos hasta que finalmente Rhaenyra asintió con la cabeza.

- Haremos que los malditos Hightower renuncien a la corona que se robaron y se rindan ante la legítima heredera-.





- Haremos que los malditos Hightower renuncien a la corona que se robaron y se rindan ante la legítima heredera-

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Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now