La tormenta de nieve

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Daemon había retomado su viaje la mañana después de la boda de Aemma, mientras que ella y Jace tuvieron que quedarse unos días más mientras Rickon terminaba de resolver sus asuntos en Winterfell.

Aemma no veía la hora de volver a Rocadragon, aunque Winterfell era un lugar hermoso, extrañaba el calor de su hogar.

No había mucho que hacer en la ciudad tan helada, ni siquiera podía salir a volar en Seasmoke ya que los dragones no gustaban de volar con tanto frío, por lo que los días que estuvo ahí, Aemma se dedicó a estar encerrada en el castillo cerca de chimeneas.

Desde su noche de bodas no había vuelto a tener intimidad con Rickon, de hecho ni siquiera habían hablado más de lo necesario. El Rickon amable y coqueto que la había salido a recibir había desaparecido y en su lugar tenía a un Rickon distante. Por el cambio tan drástico Aemma supo que Rickon la había visto o al menos escuchado llorar, después de la primera noche que pasaron juntos él no volvió a dormir en la cama con ella.

"Me merezco su desprecio" se decía así misma, pero la verdad era que le dolía estar en un matrimonio tan infeliz.

Las cosas se mantuvieron tensas con Rickon hasta la doceava noche de los dragones en Winterfell.

En la tarde el clima había comenzado a sentirse más frío que otros días.

Aún así Aemma había salido a ver a Seasmoke para asegurarse de que estuviera bien. Días atrás Jace había tenido la grandiosa idea de dejarlos descansar cerca de donde los herreros forjaban las armas, así podrían sentir algo de calor, y por como Aemma vio a su dragón la idea funcionaba, aunque se mantenía quieto por el clima tan frío, no parecía estar enfermo.

En el castillo, Lord Cregan estaba dando aviso sobre la tormenta de nieve que estaba por entrar a Winterfell.

Todos debían resguardarse, no se podía decir con exactitud cuánto tiempo duraría la tormenta.

-¿Has visto a Aemma? - preguntó Jace a Rickon, quien negó algo apenado.

En cuestión de días Jace y Rickon habían entablado una buena amistad, así que el joven Velaryon no dudo ni un segundo en pedirle ayuda al lobo para encontrar a su hermana.

Mientras el par comenzaba su búsqueda en el interior del castillo, Aemma se encontraba cantándole a Seasmoke mientras lo acariciaba para calmarlo un poco.

De pronto Aemma sintió un escalofrío y una ráfaga de viento los hizo alertarse a ambos, Aemma sintió que algo la tocó en la cabeza y cuando miró hacia arriba, comenzó a caer la nieve.

La chica estaba impresionada al ver la nieve cayendo lentamente, Winterfell era una maravilla, tan diferente de Rocadragon y aún más de King's Landing, había leído sobre las tormentas de nieve, pero nunca imagino que se viera tan hermoso.

En esos momentos Aemma había vuelto a sentirse como una niña, estaba tan llena de emoción por descubrir algo nueva para ella que se dijo así misma "No hay nadie viéndome, que más da" y procedió a dar vueltas con los brazos estirados como hacía de niña cuando se mojaba en la lluvia.

-¿Qué se supone que haces Aemma? - al escuchar la voz de Jace a sus espaldas se sobresaltó y uno de sus pies se enredó con el otro haciendo que uno se doblara y terminará cayendo de espaldas casi encima de Seasmoke.

Rickon al verla tirada caminó hacia adelante, pero cuando intento acercarse a Aemma para ayudarla a levantarse, el dragón levantó sus alas y estiró el cuello al mismo tiempo que rugió e intentó alcanzar a Rickon, pero Jace fue más rápido y en cuanto escuchó el rugido tomó a Rickon de los hombros jalandolo hacia atrás rápidamente.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now